Por: Auditool | Dominio NOGAI IV – Desempeño
🎯 La madurez no se mide en años, sino en comparación
En el mundo corporativo, todos dicen buscar la excelencia. Pero, ¿cómo saber si realmente la función de auditoría interna está avanzando o simplemente repitiendo rutinas?
La respuesta está en una práctica tan simple como poderosa: el benchmarking.
El benchmarking es el arte de compararte para mejorar, no para competir.
Consiste en medir el desempeño, los procesos y los resultados de tu área de auditoría interna frente a estándares, pares o referentes internacionales, con el propósito de aprender, ajustar y evolucionar.
Las Nuevas Normas Globales de Auditoría Interna (NOGAI) lo presentan de manera implícita: el auditor debe demostrar desempeño eficaz, optimizar su impacto y evaluar continuamente su contribución al valor organizacional.
🧭 ¿Por qué el benchmarking importa en auditoría interna?
Porque sin comparación no hay contexto.
Un auditor puede pensar que su función es eficiente porque cumple su plan anual, pero… ¿cómo se compara con las mejores prácticas de su sector, tamaño o madurez?
El benchmarking permite responder preguntas clave:
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¿Estamos auditando los temas que realmente importan al negocio?
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¿Nuestra cobertura de riesgos está alineada con el estándar internacional?
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¿El equipo de auditoría interna tiene las competencias del mercado actual?
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¿Nuestros tiempos, costos y metodologías son competitivos?
Estas preguntas no buscan señalar fallas, sino revelar oportunidades de crecimiento profesional y organizacional.
⚙️ Los tipos de benchmarking aplicables al auditor
Existen varios enfoques de benchmarking que pueden adaptarse fácilmente a la función de auditoría interna:
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Benchmarking interno: comparar equipos o unidades dentro de la misma organización (ej. divisiones regionales).
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Benchmarking competitivo: contrastar con organizaciones similares del mismo sector.
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Benchmarking funcional: analizar funciones de auditoría con procesos maduros, aunque pertenezcan a industrias diferentes.
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Benchmarking de mejores prácticas: medir frente a marcos internacionales como el IIA, NOGAI, COSO ERM, ISO 37000, o referencias de modelo de madurez de auditoría interna.
Cada enfoque aporta una perspectiva distinta sobre el desempeño y la eficiencia del proceso de auditoría.
🧠 Cómo aplicar benchmarking paso a paso
Implementar un benchmarking efectivo no requiere grandes inversiones, sino método y disciplina.
Aquí un enfoque práctico para cualquier equipo de auditoría:
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Definir qué medir. Elige indicadores relevantes: cobertura de riesgo, cumplimiento del plan, valor percibido, competencias del equipo, etc.
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Seleccionar referentes. Busca comparaciones con funciones similares por tamaño, industria o madurez.
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Recopilar información. Usa encuestas, reportes de asociaciones, publicaciones del IIA o métricas de desempeño internas.
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Analizar brechas. Identifica diferencias clave y su causa raíz.
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Transformar las conclusiones en planes de acción. La comparación sin mejora es solo curiosidad.
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Comunicar los hallazgos. Presenta resultados al Comité de Auditoría como evidencia de evolución y aprendizaje continuo.
El objetivo no es “ser mejor que otros”, sino entender qué hace mejor cada uno y aprender de ello.
📊 Indicadores para comparar tu función de auditoría
Algunos KPIs útiles para benchmarking de auditoría interna son:
| Dimensión | Indicador | Ejemplo de referencia |
|---|---|---|
| Eficiencia operativa | % de cumplimiento del plan anual | Meta: >90% |
| Eficacia del equipo | Horas de capacitación promedio por auditor | Meta: 40 h/año |
| Cobertura de riesgos | % de riesgos críticos auditados | Meta: 100% |
| Valor percibido | Nivel de satisfacción de la Alta Dirección | Meta: >80% |
| Innovación | Uso de análisis de datos o auditoría continua | Meta: presente en ≥70% de las auditorías |
Estas métricas ayudan a medir con propósito y a demostrar el impacto real de la función en el desempeño organizacional.
🧩 Lo que el benchmarking revela: humildad y excelencia
El benchmarking no es una auditoría de la auditoría.
Es un espejo que permite reconocer fortalezas, pero también incomodidades constructivas.
Las organizaciones más avanzadas no son las que tienen menos brechas, sino las que aprenden más rápido de ellas.
Aplicar benchmarking impulsa tres virtudes esenciales del auditor moderno:
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Humildad profesional: reconocer que siempre hay margen de mejora.
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Curiosidad estructurada: observar y aprender de otros contextos.
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Ambición de excelencia: transformar la comparación en acción.
🌟 Conclusión: compararte no es debilidad, es madurez
En un entorno donde las expectativas sobre la auditoría interna crecen cada año, no basta con cumplir el plan: hay que demostrar evolución, innovación y valor.
El benchmarking ofrece un camino tangible para ello:
Compararte no te hace menos competente, te hace más consciente.
El auditor que se atreve a mirar afuera, vuelve con una versión más sólida de sí mismo y de su función.
La excelencia no es destino, es una decisión continua.
Y compararte, lejos de ser una amenaza, es la mejor forma de crecer con propósito.
🧩 Frase para reflexionar
“No existe mejora sin comparación, ni comparación útil sin acción.”
— Auditool