Por: CP Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool.
En el mundo de la auditoría financiera, la capacidad de una empresa para continuar operando de manera indefinida es un supuesto esencial que subyace a la preparación de los estados financieros. La Norma Internacional de Auditoría NIA 570 (ISA 570), recientemente actualizada y cuya nueva versión fue publicada en abril de este año, titulada "Empresa en Funcionamiento", aborda precisamente este aspecto crítico, puesto que establece las responsabilidades, tanto de la dirección como del auditor, para evaluar y comunicar cualquier incertidumbre que pueda poner en riesgo la continuidad operativa de la entidad. En un contexto económico volátil, donde crisis globales, pandemias (tal como la reciente COVID 19) o fluctuaciones del mercado pueden generar dudas sobre la viabilidad de las empresas, esta norma se convierte en una herramienta indispensable para garantizar la transparencia y la confiabilidad de la información financiera.
La NIA 570 define la responsabilidad del auditor al auditar estados financieros en escenarios donde surge una incertidumbre sobre la capacidad de la entidad para mantenerse como empresa en funcionamiento. En esencia, la norma busca responder los siguientes objetivos fundamentales:
- Evaluar la idoneidad de la hipótesis de empresa en funcionamiento: La dirección asume que la entidad continuará operando en el futuro previsible, sin la necesidad de liquidación o cese de actividades. El auditor debe verificar si esta suposición es razonable.
- Identificar incertidumbres materiales: Más que detectar problemas, se debe determinar si estos generan dudas significativas sobre la continuidad y si su impacto podría ser material en los estados financieros.
- Expresar una opinión adecuada: El informe de auditoría debe reflejar fielmente la situación de la entidad auditada, bien sea con una opinión limpia o con modificaciones que alerten a los inversores, acreedores y reguladores.
Esta norma no pretende que el auditor efectúe predicciones sobre el futuro, sino que fomenta una evaluación objetiva y basada en evidencia. En un entorno cambiante actual, marcado por desafíos como una inflación persistente, aranceles variables y tensiones geopolíticas, la NIA 570 adquiere una relevancia aún mayor, protegiendo a los stakeholders de sorpresas desagradables.
De acuerdo con la NIA 570, la dirección de la entidad debe analizar la capacidad de la empresa para continuar operando al menos durante los 12 meses posteriores a la fecha del balance general. Este horizonte temporal permite una visión prospectiva, considerando tanto el presente, como eventos que puedan presentarse en el corto plazo. Entre los elementos clave que la dirección debe considerar se encuentran:
- Proyecciones de flujos de efectivo: Modelos que anticipen ingresos, gastos y necesidades de capital.
- Análisis de liquidez y solvencia: Evaluación de activos líquidos versus deudas a corto plazo.
- Planes de financiación: Opciones para obtener préstamos, emisiones de acciones o reestructuraciones.
- Evaluación de riesgos operativos: Factores como litigios, interrupciones en la cadena de suministro o cambios regulatorios.
Si se identifican incertidumbres materiales - es decir, eventos o condiciones que generan dudas significativas sobre la continuidad - , la dirección está obligada a revelarlas de manera clara en los estados financieros. Esta revelación no es opcional; es un requisito para evitar distorsiones en la imagen financiera de la entidad. En la práctica, muchas empresas incorporan secciones dedicadas en sus notas a los estados financieros, detallando escenarios adversos y estrategias de mitigación.
Por su parte, el auditor actúa (o debe actuar) como un guardián independiente, evaluando la solidez de la gestión de la dirección. Bajo la NIA 570, sus tareas incluyen, entre otras:
- Revisar la evaluación de la dirección: ¿Es la hipótesis de empresa en funcionamiento apropiada? El auditor analiza la evidencia subyacente para confirmar su razonabilidad.
- Buscar evidencia suficiente y adecuada: No basta con aceptar las afirmaciones de la dirección; se requiere documentación respaldada por datos cuantitativos y cualitativos.
- Detectar incertidumbres materiales: Si surgen dudas, el auditor profundiza con procedimientos específicos.
Ahora bien, cuando las señales de alerta son evidentes – tales como pérdidas recurrentes, incumplimientos de pagos o compromisos financieros o presiones competitivas –, el auditor debe ejecutar acciones adicionales:
- Revisión de planes de la administración: Análisis de presupuestos y estrategias a largo plazo.
- Evaluación de financiamiento: Verificación de la viabilidad de obtener fondos externos, incluyendo conversaciones con bancos o inversores.
- Análisis de contingencias: Revisión de litigios legales, contratos incumplidos o riesgos ambientales.
Estos pasos aseguran que el auditor, además de identificar problemas, también evalúe su impacto potencial en la continuidad operativa.
Importa mencionar que en caso de advertirse incertidumbres, estas deben ser materiales. Esto es, cuando hay eventos o condiciones que crean dudas significativas sobre la capacidad de la entidad para continuar, y su efecto probable es sustancial en los estados financieros. Ejemplos comunes incluyen quiebras de proveedores clave, demandas judiciales masivas o caídas abruptas en la demanda de productos. La norma exige que haya revelaciones al respecto, con las siguientes características:
- Claras: Describiendo la naturaleza exacta de la incertidumbre.
- Completas: Incluyendo todos los hechos relevantes y circunstancias.
- Transparentes: Detallando los planes de acción de la dirección para mitigar el riesgo.
En caso de que la hipótesis de empresa en funcionamiento no sea viable –por ejemplo, en casos de insolvencia inminente–, el auditor debe emitir una opinión adversa, recomendando que los estados financieros se preparen sobre la base de liquidación.
Se aprecia entonces que, tanto para auditores y directivos, adoptar la NIA 570 significa más que cumplimiento normativo, es una oportunidad para anticipar riesgos y construir resiliencia. En última instancia, contribuye a un ecosistema financiero más estable y transparente.

CP Iván Rodríguez - CIE AF
Auditor y consultor, diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, diplomado en Gerencia de la Calidad. Contador público (CP) de la Pontificia Universidad Javeriana con 20 años de experiencia en diversas empresas. Tiene amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool.
Bogotá DC, Colombia.