Por: Equipo Auditool
El rol del auditor ha evolucionado significativamente en los últimos años. Hoy en día, los auditores ya no son vistos simplemente como verificadores de cumplimiento, sino como líderes estratégicos que pueden influir positivamente en el crecimiento y la sostenibilidad de una organización. En este contexto, el octavo hábito de Stephen Covey, que se centra en "encontrar tu voz y ayudar a otros a encontrar la suya", ofrece una poderosa guía para los auditores que buscan maximizar su impacto profesional y personal.
La "Voz" del auditor: Talento, pasión, conciencia y necesidad
La "voz" a la que se refiere Covey es la combinación única de talento, pasión, conciencia y necesidad que cada individuo posee. Para un auditor, descubrir esta voz significa alinear sus habilidades técnicas con su propósito personal, sus valores éticos y las necesidades de la organización. No es suficiente realizar auditorías siguiendo procesos predefinidos; el auditor debe contribuir de manera significativa, aplicando su juicio crítico, tomando decisiones éticas y liderando con propósito.
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Talento: Un auditor con verdadera maestría técnica se distingue por su capacidad para entender no solo las normas y regulaciones, sino también el contexto particular de cada organización. Aplicar el talento significa interpretar datos con agudeza y encontrar soluciones que mejoren la eficiencia y reduzcan riesgos.
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Pasión: La pasión impulsa a los auditores a buscar más allá de lo evidente. Un auditor apasionado se preocupa por el impacto de su trabajo, no solo por cumplir con los plazos y requisitos. Este entusiasmo se contagia a sus compañeros y equipos, generando una cultura de mejora continua.
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Conciencia: Este elemento se refiere a la brújula moral interna. Un auditor consciente actúa con integridad, defendiendo la transparencia y luchando contra la corrupción o cualquier práctica poco ética. La conciencia ética en la auditoría es vital para proteger la credibilidad de la organización y su confianza ante terceros.
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Necesidad: Finalmente, el auditor debe ser consciente de las necesidades organizacionales y sociales. Al alinear sus esfuerzos con las necesidades estratégicas de la organización, el auditor puede convertirse en un agente de cambio, ayudando a la empresa a crecer de manera sostenible y ética.
Liderazgo con pasión y propósito en auditoría
Un auditor que ha encontrado su voz puede liderar proyectos con un propósito profundo, no limitado solo a identificar errores, sino buscando oportunidades de mejora para la organización auditada. Cuando los auditores lideran con pasión y propósito, sus evaluaciones tienen un impacto transformador. Un ejemplo claro es el de auditores que han liderado auditorías en áreas de sostenibilidad. No solo identificaron fallos en la gestión medioambiental, sino que también propusieron mejoras estratégicas que ayudaron a la empresa a reducir su huella de carbono y cumplir con las normativas emergentes.
Estos auditores no se limitaron a "hacer su trabajo", sino que lideraron con un fuerte sentido de propósito y un deseo de generar valor real para la empresa y la sociedad. Su habilidad para ver más allá del problema inmediato e impulsar un cambio estratégico demuestra la importancia de encontrar la "voz" del auditor.
Autenticidad y ética: Pilares fundamentales
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los auditores es la presión que puede ejercerse para suavizar o ignorar ciertos problemas identificados. Sin embargo, un auditor que opera desde su voz auténtica no compromete su ética. Este tipo de auditor sabe que su responsabilidad no es solo con la organización, sino también con el público y la sociedad en general. La autenticidad y la ética se convierten en sus guías para tomar decisiones difíciles, resistiendo cualquier presión externa.
Un ejemplo destacado de este principio fue el caso de un auditor interno que se enfrentó a la difícil tarea de señalar prácticas financieras poco éticas dentro de su empresa. A pesar de la resistencia inicial, este auditor mantuvo su compromiso con la verdad y la transparencia, lo que no solo preservó la integridad de la empresa, sino que también permitió que las medidas correctivas se implementaran antes de que se produjera un daño mayor.
El Impacto en el crecimiento del equipo y la organización
Un auditor que encuentra su voz no solo mejora su desempeño individual, sino que también impacta positivamente en su equipo y en la organización auditada. Estos auditores actúan como mentores y líderes, ayudando a otros miembros del equipo a desarrollar sus propias habilidades y a encontrar su voz dentro del contexto de la auditoría. Fomentan un entorno donde la colaboración y la confianza son clave, lo que genera equipos más cohesionados y efectivos.
Además, el impacto se extiende a la organización auditada. Un auditor que trabaja con propósito y ética puede ayudar a las empresas a identificar riesgos no solo financieros, sino también operativos, éticos y de reputación. Esto tiene un efecto multiplicador, ya que las auditorías se convierten en una herramienta para el desarrollo organizacional, permitiendo a las empresas mejorar sus procesos, gestionar mejor sus riesgos y fomentar una cultura ética interna.
El octavo hábito de Covey invita a los auditores a ir más allá de la mera ejecución de sus tareas, llevándolos a descubrir su "voz" y a influir de manera significativa en sus equipos y organizaciones. Al hacerlo, los auditores pueden liderar con pasión y propósito, convirtiéndose en agentes de cambio dentro y fuera de la auditoría. El resultado no solo es un trabajo más satisfactorio para el auditor, sino también un impacto más profundo y duradero en las organizaciones que auditan, guiado por principios de autenticidad, ética y liderazgo transformador.