Por: CP Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool.
Un tema que recién empieza a adquirir importancia dentro de las evaluaciones de la auditoría es la evaluación de la cultura. Aunque desde el modelo COSO (Committee of Sponsoring Organizations of the Treadway Commission) la evaluación de la cultura empresarial y el ambiente de control son pilares fundamentales de un sistema de control interno. Este ambiente de control constituye la base de los demás componentes del control interno, toda vez que refleja la filosofía de gestión, la ética, los valores y las actitudes existentes al interior de una organización. La evaluación de estos aspectos permite que la auditoría además de revisar los controles financieros y operativos, también evalúe el contexto cultural que afecta el desempeño y cumplimiento.
Ahora bien, si en ocasiones los equipos de auditoría interna pasan por alto la cultura de la empresa al identificar las áreas de riesgo, también ocurre que los equipos de auditoría descuidan la evaluación de su propia cultura. Aunque los auditores suelen ayudar a la organización a evaluar los riesgos y enfrentar sus dificultades, puede ocurrir que falten conocimientos críticos sobre la cultura del equipo, lo que afecta su eficacia y alineación con los valores de la organización. En tal sentido, implementar cambios en un equipo de auditoría requiere un enfoque estructurado y estratégico. Cuando los equipos de auditoría participan en ejercicios de autorreflexión, hay mayores oportunidades para identificar ineficiencias, reactivar el crecimiento que puede haberse estancado, e incluso fortalecer la moral existente y darle dinamismo a una cultura que puede haberse debilitado.
Antes de abordar en qué manera se puede lograr un cambio en la cultura de un equipo de auditoría, es conveniente recordar que se entiende por cultura empresarial. Esta se refiere al conjunto de valores, creencias, normas, y comportamientos que definen y orientan cómo los diferentes colaboradores interactúan entre sí y con los demás grupos de interés, tales como clientes, proveedores y la comunidad en general. Es una especie de personalidad común y compartida que influye en los diferentes aspectos de la vida laboral al interior de una organización. La cultura, además de expresarse en los documentos, manuales, misión, visión y objetivos de la empresa, se evidencia en cómo se comportan las personas y cómo se toman las decisiones en la práctica diaria.
En un área de auditoría que cuente con una cultura sólida, se ejecutan auditorías más precisas y confiables. Además, se fomentan relaciones más profundas y de mayor confianza con las partes interesadas, fortalecioendo las capacidades de gestión de riesgos. Una cultura positiva permite que el área o departamento sea innovador, proactivo y ágil, y en ese sentido, puede responder de una manera más eficaz a las circunstancias cambiantes. Una cultura sólida logra elevar la posición del área de auditoría, posicionándola como un activo estratégico que respalda el éxito a largo plazo de una organización.
También es importante decidir en qué momento es conveniente plantear cambios en la cultura del equipo de auditoría. Algunos indicadores que pueden surgir al evaluar al equipo y que indicarían problemas culturales, son los siguientes[1]:
- Resistencia al cambio: cuando se presenta esta falta de adaptabilidad al cambio, suele ser un signo de un problema cultural, ya que demuestra una falta de mentalidad con visión de futuro.
- Falta de comunicación: en caso de presentarse malentendidos frecuentes y/o falta de intercambio de información, puede ser indicativo de debilidades o una ruptura en la comunicación al interior del equipo, cuya cultura puede ser la causa raíz.
- Falta de rendición de cuentas: si los colaboradores evitan asumir la responsabilidad por los errores o deficiencias cometidas, por ejemplo, una falta de seguimiento de los hallazgos de las auditorías, esto revela una cultura débil de responsabilidad.
- Alta rotación: por lo general, una alta rotación es un indicativo de baja moral del equipo y falta de compromiso. En cambio, un equipo sólido culturalmente suele ser estable y los cambios ocurren circunstancialmente, más en función del trabajo y otras circunstancias que por la cultura.
Cuando se advierte la necesidad de impulsar un cambio en la cultura del equipo de auditoría, algunas de las estrategias que vale la pena considerar son:
Evaluar la cultura actual:
Realizar una evaluación de la cultura actual del equipo para identificar áreas de mejora. Para ello, se pueden usar encuestas, entrevistas o talleres, y de esta manera obtener retroalimentación.
Definir la visión y objetivos:
Establecer una visión clara sobre lo que se desea lograr con los cambios facilita el trabajo. Es conveniente definir objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo determinado (SMART: Specific – Measurable – Achievable - Realistic - Time-bound) que guiarán el proceso.
Fomentar la colaboración:
Establecer espacios para la colaboración y la comunicación abierta, tanto al interior del equipo como con otras áreas de la organización. Esto puede lograrse mediante reuniones regulares, herramientas de colaboración en línea y sesiones de brainstorming.
Promover una mentalidad de mejora continua:
Es aconsejable crear un entorno donde haya retroalimentación (feedback) constructiva y se vea como una oportunidad de mejora. Deben implementarse revisiones periódicas para evaluar los procesos y buscar mejoras (por ejemplo, implementar herramientas tecnológicas que faciliten la auditoría y el análisis de datos).
Establecer indicadores de desempeño:
Definir KPIs que midan el éxito de los cambios implementados es bastante útil. Esto permitirá hacer un seguimiento del progreso y realizar ajustes según sea necesario.
Comunicar los cambios:
Mantener a todos informados sobre los cambios y su impacto, se fomenta un cambio cultural positivo. La comunicación clara y continua es fundamental para mantener el compromiso del equipo.
Celebrar los éxitos:
Si se reconocen y celebran los logros en su justa medida, bien sean grandes o pequeños a lo largo del proceso de cambio, se contribuye a fortalecer la moral del equipo y se constituye en una motivación para seguir avanzando.
Como se aprecia, implementar cambios en un equipo de auditoría puede ser un desafío, pero con un enfoque bien planificado y el apoyo adecuado, es posible lograr una transformación significativa en beneficio de todos.
[1] Ideas tomadas de: A Guide to Driving Meaningful Change in Internal Audit Culture
Auditor y consultor, diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, diplomado en Gerencia de la Calidad. Contador público (CP) de la Pontificia Universidad Javeriana con 20 años de experiencia en diversas empresas. Tiene amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool.
Bogotá D.C., Colombia.