Por: Equipo Auditool
La evaluación de riesgos internos es una pieza clave en la gestión organizacional, ya que permite anticipar amenazas y establecer medidas de control efectivas. Sin embargo, muchas empresas cometen errores que comprometen la precisión de esta evaluación, lo que puede llevar a pérdidas financieras, incumplimientos normativos y vulnerabilidades operativas.
En este artículo, analizaremos los errores más comunes en la evaluación de riesgos internos, cómo evitarlos y estrategias para mejorar la identificación de riesgos dentro de una organización.
1. No definir un marco de evaluación claro
Error común:
Muchas organizaciones inician la evaluación de riesgos sin un marco estructurado, lo que genera inconsistencias en la identificación y priorización de riesgos.
Cómo evitarlo:
- Utilizar marcos reconocidos como COSO ERM 2017 o ISO 31000 para estructurar la evaluación de riesgos.
- Definir un proceso estandarizado que incluya identificación, análisis, evaluación y monitoreo de riesgos.
- Establecer criterios claros para clasificar los riesgos según impacto y probabilidad.
Ejemplo práctico:
Una empresa adopta ISO 31000 y establece un comité de riesgos que revisa periódicamente la exposición de la organización y documenta hallazgos en un registro centralizado.
2. Subestimar los riesgos estratégicos y de largo plazo
Error común:
Las empresas suelen enfocarse en riesgos operativos inmediatos (fraudes, errores contables), dejando de lado riesgos estratégicos como cambios regulatorios o disrupciones tecnológicas.
Cómo evitarlo:
- Incluir escenarios a largo plazo en la evaluación de riesgos.
- Realizar un análisis PESTEL (político, económico, social, tecnológico, ecológico y legal) para identificar riesgos externos que puedan impactar la organización.
- Incorporar la gestión de riesgos en la planificación estratégica de la empresa.
Ejemplo práctico:
Una empresa de energía adopta un enfoque de largo plazo y evalúa cómo la transición a energías renovables puede afectar su modelo de negocio en la próxima década.
3. Falta de participación de las áreas clave de la empresa
Error común:
En muchas organizaciones, la evaluación de riesgos es responsabilidad exclusiva del departamento de auditoría o cumplimiento, sin involucrar a otras áreas clave.
Cómo evitarlo:
- Incluir a líderes de cada área en el proceso de identificación de riesgos.
- Implementar sesiones de workshops de riesgos para que los equipos operativos contribuyan con su experiencia.
- Fomentar una cultura de gestión de riesgos en todos los niveles organizacionales.
Ejemplo práctico:
Una empresa financiera organiza reuniones trimestrales con representantes de finanzas, TI y operaciones para actualizar la matriz de riesgos basada en cambios recientes en el mercado.
4. No considerar riesgos relacionados con la tecnología y la ciberseguridad
Error común:
Las organizaciones subestiman los riesgos tecnológicos y cibernéticos, lo que las hace vulnerables a ataques informáticos, fugas de información y fallos en la infraestructura digital.
Cómo evitarlo:
- Evaluar los riesgos de TI con marcos como COBIT o ISO/IEC 27001.
- Implementar auditorías regulares de ciberseguridad y pruebas de penetración.
- Establecer protocolos de respuesta ante incidentes tecnológicos.
Ejemplo práctico:
Una empresa de e-commerce identifica que no tenía protocolos adecuados para ataques DDoS y, tras una evaluación de riesgos, implementa medidas de protección contra este tipo de amenazas.
5. Evaluar riesgos sin datos cuantificables
Error común:
La evaluación de riesgos se realiza de manera subjetiva, sin métricas ni indicadores que permitan medir su impacto real.
Cómo evitarlo:
- Utilizar métricas como pérdida esperada (Expected Loss) o impacto financiero potencial para cada riesgo identificado.
- Implementar métodos de simulación de Monte Carlo para evaluar escenarios de impacto de riesgos en distintas condiciones.
- Crear un cuadro de mando de riesgos con indicadores clave de desempeño (KPIs) para monitorear la exposición.
Ejemplo práctico:
Una compañía de seguros utiliza modelos cuantitativos para evaluar el impacto financiero de eventos catastróficos y ajusta sus reservas de capital en consecuencia.
6. No revisar y actualizar periódicamente la evaluación de riesgos
Error común:
Algunas empresas realizan una evaluación de riesgos una sola vez y no la actualizan, ignorando cambios en el entorno empresarial.
Cómo evitarlo:
- Establecer una revisión periódica de la matriz de riesgos (al menos semestralmente o cuando haya cambios significativos en la empresa o industria).
- Implementar herramientas digitales de gestión de riesgos que permitan actualizar evaluaciones en tiempo real.
- Realizar auditorías internas para verificar la vigencia de las estrategias de mitigación.
Ejemplo práctico:
Una empresa farmacéutica revisa su matriz de riesgos tras la pandemia de COVID-19, identificando nuevas amenazas en la cadena de suministro global.
7. No integrar la evaluación de riesgos con los controles internos
Error común:
Las empresas identifican riesgos pero no establecen controles internos adecuados para mitigarlos.
Cómo evitarlo:
- Alinear los resultados de la evaluación de riesgos con la implementación de controles preventivos, detectivos y correctivos.
- Monitorear la efectividad de los controles mediante auditorías operativas y financieras.
- Establecer un sistema de reportes internos para que los empleados comuniquen riesgos emergentes.
Ejemplo práctico:
Una entidad bancaria detecta un aumento en fraudes electrónicos y refuerza sus controles internos con autenticación multifactorial y monitoreo de transacciones en tiempo real.
8. No vincular la evaluación de riesgos con la toma de decisiones
Error común:
Muchas empresas ven la evaluación de riesgos como un ejercicio aislado en lugar de un insumo clave para la toma de decisiones estratégicas.
Cómo evitarlo:
- Integrar la gestión de riesgos en los comités directivos y procesos de toma de decisiones.
- Utilizar análisis de riesgos en la evaluación de nuevos proyectos y adquisiciones.
- Alinear la evaluación de riesgos con la planificación presupuestaria y asignación de recursos.
Ejemplo práctico:
Una empresa de construcción evalúa los riesgos de un proyecto de expansión en otro país y ajusta su inversión tras detectar inestabilidad política en la región.
Conclusión
La evaluación de riesgos internos es un proceso fundamental para garantizar la estabilidad y crecimiento de una organización. Evitar errores comunes, como la falta de un marco estructurado, la subestimación de riesgos estratégicos y tecnológicos, o la desconexión con la toma de decisiones, permite mejorar la identificación de amenazas y fortalecer la resiliencia empresarial.
¿Tu organización está evaluando correctamente sus riesgos internos? Implementa estas mejores prácticas y fortalece tu gestión de riesgos hoy mismo.