Por: CP Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool.
La tecnología ha cambiado radicalmente diferentes aspectos de la vida de las personas, así como la manera en que las empresas operan y gestionan sus recursos. Desde la automatización de tareas hasta el análisis avanzado de datos, los avances tecnológicos han permitido a las personas y a las organizaciones mejorar su eficiencia y tomar decisiones más informadas. Lo que antes dependía exclusivamente del juicio humano, revisiones manuales y procesos repetitivos, hoy se está redefiniendo gracias a la capacidad de la IA para automatizar tareas, analizar grandes volúmenes de cifras y anticipar riesgos en tiempo real. Para los auditores y gerentes, esta tendencia no solo representa una oportunidad para mejorar la eficiencia y precisión, sino también un desafío para adaptarse a un entorno tecnológico en constante evolución.
Entre estas innovaciones, la inteligencia artificial (IA) se destaca por su capacidad para transformar sectores y procesos de maneras antes inimaginables. Uno de los campos que más se ha beneficiado de la IA es el control interno, un componente crucial para garantizar la integridad y la seguridad de las operaciones empresariales
El control interno, concebido como el conjunto de procesos y políticas que aseguran la confiabilidad de la información financiera, el cumplimiento normativo y la protección de activos, ha sido tradicionalmente un terreno dominado por el esfuerzo humano. Sin embargo, el aumento en la complejidad de las operaciones empresariales, el volumen de transacciones y la velocidad de los negocios modernos han puesto en evidencia las limitaciones de los métodos manuales. Errores humanos, retrasos en la detección de problemas y la incapacidad de revisar datos masivos en tiempo real son solo algunos de los retos que enfrentan las organizaciones.
Es en este escenario donde la IA entra en escena. Con su capacidad para procesar información a gran escala, aprender patrones y ejecutar tareas con precisión, la IA está redefiniendo la manera en que las empresas diseñan, supervisan y fortalecen sus controles internos. Desde la automatización de revisiones rutinarias hasta la identificación proactiva de riesgos, esta tecnología optimiza procesos y eleva la calidad del control interno a un nivel superior. Algunas de las formas en que se puede fortalecer el control interno con AI son:
Automatización de la supervisión de controles
La IA, así como ciertos programas y aplicativos, permite monitorear controles internos de manera continua y automática, eliminando la necesidad de revisiones periódicas que consumen tiempo. Algoritmos entrenados pueden supervisar transacciones, registros contables o flujos de inventario sin intervención humana (o en una cantidad mínima), alertando solo cuando algo requiere atención. Por ejemplo, en una Pyme de retail, un sistema de IA podría revisar diariamente las ventas registradas frente a los depósitos bancarios para detectar discrepancias (como un valor faltante) y enviar una notificación al gerente. Esto reduce la carga de trabajo del auditor, quien puede enfocarse en analizar excepciones en lugar de revisar todo manualmente.
Detección de anomalías en tiempo real
La IA suele ser efectiva en identificar patrones y señalar desviaciones. Usando técnicas como el aprendizaje automático, se pueden detectar fraudes, errores o incumplimientos al instante, incluso en grandes volúmenes de información. Como caso práctico, una empresa de servicios podría usar IA para analizar facturas emitidas y pagos recibidos. Si un cliente paga un valor menos de lo habitual sin justificación, la IA lo marca como anomalía para que el auditor investigue. En contraste, un proceso manual podría tardar semanas en advertir esta situación.
Reducción de errores humanos
Los errores humanos, tales como omitir una transacción o malinterpretar datos, son inevitables en revisiones manuales. La IA elimina esta variable al ejecutar tareas con consistencia y precisión. En una Pyme manufacturera, por citar un caso, al usar IA se podría reconciliar automáticamente el inventario físico con los registros digitales tras un conteo y así evitar errores de digitación que un empleado podría cometer. El auditor haría algunas verificaciones a los resultados finales, ahorrando tiempo y aumentando la confianza en los datos.
Análisis predictivo para anticipar riesgos
Más allá de detectar problemas actuales, es posible emplear la IA para predecir riesgos futuros basándose en tendencias históricas. Esto es especialmente valioso para diseñar controles preventivos. Un ejemplo ilustrativo sería el siguiente: Al emplear la IA en una empresa de logística para analizar patrones de retrasos en entregas, se detecta que el 80% de los retrasos ocurren en una ruta específica; así, el auditor puede proponer controles como revisiones adicionales en ese trayecto.
No obstante sus beneficios, hay ciertos desafíos al incorporar la IA como parte del sistema de control interno:
- Costo Inicial: Aunque hay soluciones accesibles, implementar IA puede requerir inversión en software o capacitación.
- Dependencia Tecnológica: Fallos en los sistemas o datos mal ingresados pueden afectar los resultados.
- Ética y Sesgos: Algoritmos mal diseñados podrían pasar por alto ciertos riesgos o generar falsos positivos.
- Resistencia al Cambio: Dueños de Pymes o equipos tradicionales podrían desconfiar de la tecnología.
La integración de la IA en el control interno está apenas comenzando. En los próximos años (o incluso meses) se podrían ver sistemas aún más avanzados, por ejemplo una IA que además de detectar anomalías o fallas, sugiera controles específicos; o herramientas que combinen IA con blockchain para garantizar la inalterabilidad de los datos. Para las Pymes, esto significa acceso a soluciones antes reservadas a grandes corporaciones, siempre que los auditores sepan guiarlas en su adopción. Sin embargo, el elemento humano seguirá siendo esencial. Si bien la IA puede procesar datos, es el auditor quien aporta el contexto, la interpretación y la estrategia. Esta simbiosis entre tecnología y experiencia redefine y refuerza el control interno como un proceso dinámico, preventivo y accesible.
Como se aprecia, la inteligencia artificial está revolucionando el control interno al automatizar la supervisión, detectar anomalías en tiempo real, reducir errores y anticipar riesgos. Esto supone para los auditores contar con una herramienta que amplifica su impacto y por tanto, una tendencia que deben dominar para destacar en el futuro. Adoptar la IA no es solo una cuestión de tecnología, sino de visión: entender cómo usarla para proteger y potenciar a las organizaciones. De ahí la necesidad de hacer parte de esta transformación. Hay que entender y explorar las herramientas de IA hoy y prepararse para liderar el cambio futuro.
CP Iván Rodríguez - CIE AF
Auditor y consultor, diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, diplomado en Gerencia de la Calidad. Contador público (CP) de la Pontificia Universidad Javeriana con 20 años de experiencia en diversas empresas. Tiene amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool.
Bogotá DC, Colombia.