Por: CP Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool 

Antes de abordar la dimensión social de los criterios ESG, vale la pena recordar algunos conceptos. Se conoce por criterios ambientales, sociales y de gobernanza (Environmental, Social, and Governance – ESG por sus siglas en inglés) al conjunto de estándares para las operaciones de una empresa que los inversores con conciencia social utilizan para evaluar posibles inversiones.

Los criterios ambientales consideran cómo se desempeña una empresa como administradora de recursos naturales. Los criterios sociales examinan cómo la organización gestiona las relaciones con los empleados, proveedores, clientes y las comunidades donde opera. La gobernanza se ocupa del liderazgo de una empresa, el pago de los ejecutivos, las auditorías, los controles internos y los derechos de los accionistas.

Los criterios ESG son útiles para los inversores, pues los ayudan a evitar empresas que podrían suponer un mayor riesgo financiero debido a sus prácticas medioambientales o de otro tipo. Los auditores deben estar atentos a como las organizaciones toman en cuenta los criterios ESG en sus relaciones internas y con terceros para prevenir incumplimientos normativos, así como la materialización de riesgos en sus operaciones.

Ahora bien, al interior de las organizaciones, los criterios ESG se han venido empleando para mejorar las prácticas comerciales, mitigando los impactos sociales y ambientales. Sin embargo, no resulta sencillo considerar la dimensión social de ESG, ya que está menos definida y por tanto menos fácil de explicar que los aspectos medioambientales y de gobernanza.

Alrededor del concepto social hay diferentes términos. Riesgo social, impacto social, valor social, capital social, licencia social, desempeño social son términos cada vez más comunes en el léxico empresarial y a menudo se usan como sinónimos, pero hay algunas distinciones importantes que es conveniente precisar

  • El riesgo social generalmente considera cómo los problemas sociales pueden afectar negativamente las operaciones comerciales o el rendimiento financiero. En algunos casos, también considera los riesgos para las personas, en particular en las organizaciones en las que existen marcos maduros de diligencia debida en materia de derechos humanos.
  • El impacto social se centra en las personas más afectadas por las operaciones, actividades y decisiones de una organización y puede incluir impactos directos e indirectos, así como impactos positivos y negativos. A menudo se centra en los impactos que ocurren dentro de las comunidades locales, pero los impactos sociales también surgen en el lugar de trabajo, cadena de suministro o base de clientes.
  • El valor social aplica una visión más amplia a los cambios sociales atribuidos o influenciados por una organización y pueden ser creados y destruidos. El valor social está comúnmente vinculado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas u otros marcos sociales más amplios.
  • El capital social (o relacional) se relaciona con la fortaleza de las relaciones de la organización con las comunidades y partes interesadas relevantes y los niveles generales de confianza. Es intangible y cambia continuamente y, por lo tanto, puede ser difícil de medir.
  • La licencia social es el nivel general de aceptación o aprobación de una organización, su sector, productos y/o actividades. La licencia social puede existir a múltiples escalas al mismo tiempo. Por ejemplo, puede haber una fuerte aceptación de la comunidad de su negocio a nivel local, pero una baja aceptación a un nivel social más amplio y viceversa. La licencia social también puede existir a nivel de toda la industria donde las prácticas comerciales de sus competidores afectan la aceptación de sus propias actividades. Al igual que el capital social, una licencia social es intangible, dinámica y basada en relaciones.
  • El desempeño social se relaciona con la eficacia con la que una organización gestiona sus riesgos sociales, impactos, creación de valor, relaciones con las partes interesadas y /o licencia social. En ciertas industrias, también es el nombre dado a la unidad de negocio dedicada a las capacidades técnicas específicas para apoyar estos aspectos de estrategia de negocio y gestión de riesgos.

Los anteriores son aspectos importantes en los criterios ESG. Cada uno cumple un propósito diferente y aborda las necesidades de diferentes grupos de partes interesadas. Por ello, las organizaciones que se centran demasiado en un aspecto con exclusión de los demás pueden no cumplir con la evolución de las expectativas de las partes interesadas y la sociedad, con diferentes consecuencias. Abordarlos todos al mismo tiempo es un desafío complejo que requiere capacidades especializadas basadas en la experiencia en ciencias sociales. Actualmente, muchas compañías y firmas de auditoría están buscando profesionales con experiencia en ciencias sociales, tales como sociólogos, teóricos culturales, ecologistas, emprendedores y antropólogos sociales, como un recurso para entender y dar sentido a la complejidad del tema social en una variedad de contextos diferentes.

La dimensión social de ESG puede tener diferentes impulsores, tales como abordar el riesgo de daño a las personas, identificar y responder a las expectativas cambiantes y las necesidades emergentes de sus partes interesadas o desarrollar respuestas a problemas sociales que pueden afectar el valor empresarial. Es importante tenerlos en cuenta, así como la manera en que se relacionan con la gestión ambiental y la gobernanza.

Toda vez que los criterios sociales cubren una amplia gama de problemas potenciales, es importante que los auditores los consideren en sus evaluaciones. Por ejemplo, en el caso de los empleados y de los clientes deben tenerse en cuenta las siguientes situaciones:

  • Salarios de los empleados y planes de jubilación.
  • Beneficios o ventajas adicionales.
  • Las políticas en el lugar de trabajo con respecto a la diversidad, la inclusión y la prevención del acoso sexual.
  • Programas de capacitación y educación de los empleados.
  • Nivel de compromiso de los empleados con la gerencia.
  • Calidad de las relaciones con los clientes.
  • Empleo de redes sociales para relacionarse con los clientes.
  • Receptividad y eficiencia del departamento de servicio al cliente.
  • Postura pública sobre derechos humanos.

Como se aprecia, hay diferentes fuentes de riesgos, así como oportunidades de mejoramiento. Los auditores, al incorporar temas sociales pueden ofrecer una visión más amplia e integradora acerca de las nuevas preocupaciones de las empresas y los terceros con quienes se relacionan.

 

CP Iván Rodríguez

Auditor y Consultor, Diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, Diplomado en Gerencia de la Calidad, Contador Público de la Pontificia Universidad Javeriana, con 20 años de experiencia en diversas empresas. Amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool

Bogotá DC, Colombia

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