La auditoría externa es uno de los campos de acción de la profesión contable que quizá sea el más regulado y sujeto a escrutinio público, derivado no sólo de los acontecimientos o situaciones de escándalos financieros, sino también por la naturaleza misma del trabajo de auditoría externa, que es generar confianza entre los usuarios de la información financiera, respecto a dicha información.

Estas circunstancias han derivado en la creación de nuevos reguladores, por ejemplo, el Public Company Accounting Oversight Board (PCAOB), legislaciones y procedimientos de revisión que hacen que el trabajo de auditoría se vuelva más complejo y requiera de mayor tiempo y desarrollo de las inversiones, en programas de aprendizaje y actualización, así como de inversión en tecnologías que coadyuven al cumplimiento de estos estándares.  

Este ambiente ha generado retos muy grandes para los auditores externos, pues se encuentran en medio de dos situaciones que, para algunos, pueden resultar antagónicas: la primera, un ambiente regulatorio estricto; y la segunda, una situación económica donde los costos de los servicios de auditoría externa, pueden representar un lugar natural de reducción de costos, aunque no siempre sea recomendable. 

El reto 

El cumplimiento estricto de las regulaciones existentes, en adición a las normas de auditoría generalmente aceptadas y a los lineamientos internos de cada firma, es algo que no puede quedar a criterio del auditor, es decir, son situaciones que deben cumplirse sin excepción; sin embargo, estas nuevas situaciones requieren de la inversión mayor de tiempo en las auditorías, lo cual requiere de mayores recursos, y es aquí donde existen áreas de oportunidad para hacer más eficientes los procesos de auditoría. 

Para tal fin, las firmas han desarrollado mecanismos de control apoyados, en algunas ocasiones, en la tecnología o en el desarrollo de metodologías y guías precisas para lograr este objetivo. En seguida, se mencionarán algunas de estas medidas que han logrado, sin menoscabo a la calidad de las auditorías y sus procesos, hacerlas unas herramientas eficientes. 

 Lo desarrollado. Verificaciones de conflictos de interés  

La regulación estadounidense Sarbanes-Oxley al igual que las de otros países, establecieron reglas, muy claras, de conflictos de interés y de servicios, que pueden y no deben ser prestados por la misma entidad que realiza la función de auditoría externa. 

Sin embargo, en un ambiente globalizado donde las firmas de auditores y las compañías forman parte de entidades internacionales, donde se interactúa con tantas variantes, el simple hecho de estar seguros de que al momento de presentar una propuesta de servicios o de solicitarla a una firma, ésta se encuentra en condiciones de prestar el servicio y cumpliendo con las reglas mencionadas se puede convertir en un reto muy difícil de sortear. 

La solución al respecto, ha requerido apoyarse en la tecnología desarrollando bases de datos y estructuras de comunicación vía correo electrónico, para que en cuestión de minutos se puedan consultar estas bases y/o enviar comunicados globales a todo el mundo, para estar en condiciones de saber si dicho servicio puede ser prestado cumpliendo con las reglas establecidas, no sólo locales, sino internacionales. Sin duda, algo que, una década atrás, hubiese sido considerado poco probable de existir. 

Enfoques direccionados a riesgos

Si bien es cierto, la auditoría siempre ha atendido a una evaluación de riesgos sobre la probabilidad de ocurrencia o existencia de errores materiales, dentro de los estados financieros de las empresas, esta evaluación se ha perfeccionado por las firmas y ha desarrollado las habilidades del auditor para hacer que este proceso, quizá, sea el más importante dentro dela planeación de una auditoría. 

Cada firma emplea metodologías propias que atienden a estos riesgos y es aquí donde la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, ha ayudado a lograr que, cada vez, el proceso de auditoría sea más enfocado a las áreas de riesgo y sea apoyado por el software que permita la interrogación de archivos extensos, los cuales realicen análisis de volumetría de los registros contables, donde se identifiquen transacciones inusuales o con características especiales que deban ser revisadas con mayor profundidad.  

Convivencia con especialistas  

El desarrollo de nuevas formas de negocios, la complejidad de los sistemas financieros y la innovación tecnológica son factores que han hecho que la contabilidad sea cada vez más compleja y, por ende, la función de auditoría también. Lo anterior, requiere que con mayorfrecuencia se integren, a los equipos de auditoría, especialistas que ayuden al auditor a realizar pruebas o análisis, para evaluar la evidencia de los registros. 

Algunos ejemplos de estas situaciones son: la valuación de instrumentos financieros derivados que requieren normalmente de especialistas financieros, la evaluación de los sistemas de aplicación automatizados donde la participación de profesionales de la Tecnología de Información (TI), es necesaria en la revisión de los controles alrededor de los sistemas de informática; la participación de especialistas en valuaciones para revisar las proyecciones que sustentan el valor razonable, fair value, de activos no monetarios o evaluaciones de deterioro de los activos, etc. Contar con estos especialistas, sin duda, logra la eficiencia y calidad de las revisiones realizadas a estos rubros. 

Aplicación estricta y desarrollo de códigos de ética y conducta  

Como ya se comentó, la aplicación estricta de las normas y regulaciones no es un tema sujeto a discusión o discrecionalidad del auditor, pues éstas deben cumplirse, la habilidad del auditor es la que permite lograrlo de una forma eficiente. El cumplimiento de los códigos de ética y conducta puede representar cierto reto, si no lo cree, sólo reflexione en cómo llevar a un terreno pragmático como el de la auditoría —que se ayuda de programas de trabajo y revisiones de cumplimento de preceptos contables y fiscales—, conceptos tan abstractos como la ética y las normas morales enlas que se sustenta.  

En este sentido la mayoría de las firmas han desarrollado códigos internos de ética y conducta, así como sistemas de verificación de cumplimiento de los mismos, que no sólo cumplen con los lineamientos establecidos en cada país, como el nuestro, donde la profesión cuenta con su propio código de ética, sino que también cumplan con los lineamientos internacionales y así estar en las mismas condiciones dentro de la globalización de nuestra profesión. 

Conclusión  

Como se ha visto, la función del Contador Público como auditor externo se ha vuelto más compleja y está inmersa en un ambiente donde el cambio constante de regulaciones, normas y esquemas de negocios de las compañías, hacen que sea una función tan dinámica que nos obliga, no sólo a ir al paso de los cambios, sino delante de ellos, con sistemas innovadores, desarrollo de metodologías y aplicación de tecnología, todo ello, en cumplimiento de un alto, muy alto, estándar moral y ético.  


Hasta pronto,

C.P.C. Rafael García Gómez
Socio de Auditool
Deloitte

Fuente: Revista Contaduría Pública www.contaduriapublica.org.mx del Instituto Mexicano de Contadores Públicos www.imcp.org.mx

Equipo Auditool

 

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