Por: Equipo Auditool
El fraude ocupacional es, por naturaleza, un acto de engaño que a menudo está acompañado por patrones de comportamiento que pueden ser identificados antes de que el delito se concrete. Según el Reporte 2024: Occupational Fraud de la ACFE, el 84% de los defraudadores exhibieron al menos una señal de advertencia conductual antes de ser descubiertos.
Este artículo explora las señales conductuales más comunes de los defraudadores y cómo los auditores pueden entrenar su instinto y habilidades de observación para identificar estas señales a tiempo, protegiendo a sus organizaciones de pérdidas significativas.
¿Qué es una señal de advertencia conductual?
Las señales de advertencia conductual son comportamientos observables que indican un posible riesgo de fraude. Estas señales suelen reflejar las presiones, racionalizaciones u oportunidades que empujan a una persona a cometer un fraude, de acuerdo con el triángulo del fraude de Donald Cressey.
Aunque no todos los comportamientos de este tipo conducen al fraude, cuando se combinan con acceso a recursos y un entorno de controles débiles, se convierten en indicadores clave de riesgo.
Señales de advertencia más comunes según el Reporte 2024
El Reporte 2024 identifica las siguientes señales conductuales como las más frecuentes entre los perpetradores de fraude:
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Vivir por encima de sus posibilidades (39%) Un estilo de vida que excede los ingresos declarados puede ser financiado mediante actividades fraudulentas.
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Problemas financieros personales (27%) Las dificultades económicas personales, como deudas o gastos imprevistos, pueden llevar a las personas a buscar dinero adicional de forma ilícita.
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Resistencia a tomar vacaciones (6%) Los defraudadores a menudo evitan ausentarse del trabajo para mantener el control sobre sus actividades fraudulentas y prevenir su descubrimiento.
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Comportamiento controlador o secreto (13%) Insistencia en manejar procesos críticos sin delegar y resistencia a la revisión por parte de otros empleados.
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Problemas de relación personal (10%) Los conflictos matrimoniales, divorcios o problemas familiares pueden generar estrés financiero y emocional, aumentando el riesgo de fraude.
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Adicción o problemas con sustancias (7%) La necesidad de financiar adicciones como el juego o el alcoholismo puede ser una motivación para desviar fondos.
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Racionalización del fraude (frecuente en entrevistas post fraude) Expresiones como “la empresa no me paga lo suficiente” o “me lo merezco” son indicios de justificaciones internas que facilitan el acto del fraude.
Cómo los auditores pueden identificar estas señales
Los auditores no solo trabajan con números; también deben desarrollar habilidades de observación y análisis conductual para identificar riesgos antes de que se materialicen.
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Capacitación en comportamiento organizacional: Aprender a identificar patrones de conducta sospechosa mediante programas de capacitación específicos.
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Observación directa durante la auditoría: Prestar atención a los comportamientos de los empleados, especialmente aquellos que muestran signos de resistencia o control excesivo sobre ciertos procesos.
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Entrevistas estratégicas: Realizar entrevistas abiertas con preguntas diseñadas para detectar racionalizaciones o conflictos internos; por ejemplo, preguntar sobre desafíos recientes en el trabajo o cómo se sienten respecto a las políticas de la empresa.
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Revisión de estilos de vida: Sin invadir la privacidad, los auditores pueden observar signos externos, como cambios significativos en el estilo de vida de un empleado.
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Promotor de una cultura de denuncia: Implementar líneas de denuncia anónimas para que otros empleados puedan reportar comportamientos sospechosos sin temor a represalias.
El triángulo del fraude y las señales conductuales
El triángulo del fraude explica que el fraude ocurre cuando confluyen tres elementos: presión, oportunidad y racionalización. Las señales conductuales a menudo revelan al menos uno de estos elementos:
- Presión: Problemas financieros, adicciones o conflictos personales.
- Oportunidad: Comportamiento controlador o falta de controles internos.
- Racionalización: Justificaciones expresadas verbalmente o en actitudes hacia la empresa.
Como ejemplo práctico, tenemos un empleado con problemas financieros y resistencia a las auditorías internas encuentra una oportunidad para falsificar facturas. Su justificación es: “La empresa no valora mi trabajo, así que esto equilibra las cosas”.
Cómo crear un entorno que reduzca el riesgo de fraude
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Fortalecer los controles internos: Implementar segregación de funciones, revisiones periódicas y monitoreo de transacciones en tiempo real.
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Fomentar la transparencia: Crear una cultura donde los empleados se sientan seguros para reportar irregularidades sin temor a represalias.
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Capacitar al personal: Entrenar a gerentes y auditores para reconocer señales conductuales y abordarlas de manera profesional.
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Auditorios sorpresivos: Realizar auditorías sin aviso previo para identificar irregularidades en procesos y comportamientos.
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Promotor vacaciones obligatorias: Asegurarse de que todos los empleados tomen vacaciones, permitiendo que otros revisen sus responsabilidades y detecten posibles irregularidades.
Caso real: el efecto de ignorar las señales conductuales
Un director financiero en una empresa de tecnología mostró múltiples señales de advertencia: vivía un estilo de vida lujoso, evitaba delegar tareas y racionalizaba su comportamiento al expresar descontento con la empresa. Pasaron años antes de que una auditoría sorpresa descubriera que había desviado $2 millones a cuentas personales mediante facturas falsas.
Lección aprendida: Las señales estaban ahí, pero la falta de seguimiento oportuno permitió que el fraude se extendiera.
Reconocer las señales de advertencia conductuales es una habilidad esencial para los auditores. Al estar atentos a los comportamientos de alto riesgo identificados en el Reporte 2024 , las organizaciones pueden detectar problemas antes de que se conviertan en fraudes.
Los controles internos son importantes, pero una combinación de controles técnicos y análisis conductual proporciona una defensa integral contra el fraude. ¿Están tus auditores preparados para observar más allá de los números? La detección temprana puede marcar la diferencia.