Desarrollo Profesional

Por: Equipo Auditool

La historia de "Una carta a García", escrita por Elbert Hubbard, es un clásico que ha inspirado a generaciones de profesionales de distintas áreas, incluyendo la auditoría. En ella, se narra cómo el joven oficial Andrew Rowan recibe la misión de llevar una carta al General Calixto García durante la Guerra Hispano-Estadounidense. A pesar de no tener instrucciones claras, Rowan no hace preguntas, no busca excusas y cumple con su tarea de manera ejemplar. Esta historia es un poderoso recordatorio de la importancia de la responsabilidad individual, especialmente en el campo de la auditoría, donde los desafíos y la falta de claridad son parte del día a día.

La responsabilidad individual: Un pilar fundamental en auditoría

En el entorno de la auditoría, la responsabilidad individual es clave para garantizar que el trabajo se realice con precisión, ética y profesionalismo. Tal como Rowan, un auditor debe asumir su rol con compromiso total, incluso cuando las circunstancias no son ideales. La naturaleza del trabajo del auditor implica revisar grandes cantidades de datos, navegar entre áreas grises y, en ocasiones, enfrentarse a resistencia interna en la organización. Enfrentar estos desafíos sin excusas es fundamental para llevar a cabo una auditoría efectiva.

La responsabilidad individual en auditoría implica que cada auditor es dueño de sus tareas y resultados. No importa si la información es escasa, si el acceso a datos está limitado o si los plazos son ajustados: el auditor debe ser capaz de cumplir con su trabajo de manera profesional y sin justificar posibles fallos con excusas.

Evitando excusas: Un ejemplo de proactividad

El concepto de evitar excusas está en el corazón de "Una carta a García". Rowan no pregunta dónde está el General García ni cómo llegar a él, simplemente toma la carta y cumple con su misión. De manera similar, un auditor proactivo no espera recibir una guía paso a paso o instrucciones perfectas. Si bien es cierto que los desafíos pueden surgir durante una auditoría —como falta de cooperación del equipo auditado o barreras tecnológicas— el auditor comprometido no utiliza estos obstáculos como razones para no cumplir con sus responsabilidades.

Un auditor puede encontrarse con sistemas obsoletos, falta de registros claros o dificultades para obtener acceso a información clave. Sin embargo, su enfoque debe ser buscar alternativas: entrevistar a más personas, cruzar datos de diferentes fuentes o incluso recurrir a investigaciones adicionales para obtener la información necesaria. La clave está en enfocarse en soluciones y no en las limitaciones.

Cumpliendo el deber bajo presión

Tal como la misión de Rowan en un contexto de guerra, las auditorías muchas veces deben realizarse bajo presión. Ya sea por plazos ajustados, una supervisión constante o expectativas muy altas por parte de los directivos, los auditores deben cumplir con sus responsabilidades de manera diligente. En estas situaciones, es fácil caer en la trampa de justificar retrasos o errores debido a factores externos.

Sin embargo, el auditor responsable no utiliza la presión como excusa. En cambio, gestiona el tiempo de manera eficiente, prioriza tareas críticas y mantiene una comunicación constante con su equipo para garantizar que los objetivos se cumplan. Aquí, la planificación adecuada y la capacidad de anticiparse a los problemas juegan un papel esencial. Tal como Rowan, que probablemente planificó su misión sabiendo que enfrentaría obstáculos, el auditor debe prever dificultades y preparar estrategias para abordarlas sin comprometer la calidad del trabajo.

El auditor y su compromiso con la ética

El cumplimiento del deber sin excusas no solo tiene que ver con la eficiencia, sino también con la ética profesional. Los auditores tienen la responsabilidad de mantener la integridad en todo lo que hacen, incluso cuando los resultados pueden ser incómodos para la organización. Un auditor ético no compromete la calidad de su trabajo ni se desvía de los estándares por presiones o desafíos. Como Rowan, que no se permitió el lujo de abandonar su misión, el auditor tampoco debe ceder a la tentación de tomar atajos o evitar responsabilidades.

Por ejemplo, si un auditor encuentra evidencia de fraude o irregularidades, debe reportar estos hallazgos de manera clara, aunque sea incómodo para la empresa. El compromiso con la verdad y la transparencia es un pilar de la responsabilidad individual en auditoría.

Responsabilidad y resultados

Al final del día, la responsabilidad individual de un auditor se mide por los resultados obtenidos. Los auditores que asumen la plena responsabilidad de su trabajo no solo logran cumplir con los plazos y los requisitos técnicos, sino que también aportan un valor real a la organización. Tal como Rowan, que cumplió con su misión contra todo pronóstico, el auditor que asume su responsabilidad hasta el final tendrá un impacto positivo, identificando oportunidades de mejora y ayudando a la organización a reducir riesgos.

Cuando un auditor toma la responsabilidad completa de su trabajo, sin depender de excusas ni justificar los desafíos, contribuye a la creación de una cultura de excelencia y confianza dentro de la organización. Su labor se vuelve sinónimo de calidad y rigor, y esto, en última instancia, fortalece la relación entre el auditor y la empresa auditada.

La historia de "Una carta a García" nos enseña una lección poderosa sobre la responsabilidad individual: cumplir con el deber, sin importar los obstáculos. Para los auditores, este principio es fundamental. La naturaleza del trabajo requiere enfrentar desafíos complejos, pero el auditor comprometido no se deja vencer por ellos. En cambio, actúa con proactividad, asume la responsabilidad de sus decisiones y resultados, y cumple con su trabajo sin excusas.

El éxito en la auditoría no depende solo de la habilidad técnica, sino también de la actitud con la que se asumen las tareas. Los auditores que, como Rowan, cumplen su misión sin preguntar ni cuestionar, hacen una contribución invaluable al éxito y la integridad de la organización.