Por: Equipo Auditool
En el escenario empresarial actual, cada vez más complejo y fluctuante, se torna imperativo un enfoque robusto y efectivo en términos de gestión de riesgos y controles internos. Si bien son entidades distintas dentro de una organización, una relación simbiótica entre estos dos elementos puede generar resiliencia y fortalecer la eficacia de la empresa.
La interrelación vital entre la gestión de riesgos y los controles internos
El eje central de la gestión de riesgos es la detección, evaluación y mitigación de los riesgos potenciales que puedan impactar los objetivos empresariales. En contraparte, los controles internos son procedimientos y medidas adoptadas para asegurar la eficiencia operativa, la confiabilidad de la información financiera y el cumplimiento normativo.
Existe un vínculo intrínseco entre ambos: los controles internos actúan como la primera línea de defensa contra los riesgos identificados y pueden considerarse como un componente sustancial de la gestión de riesgos.
El valor agregado de un enfoque unificado
La adopción de un enfoque unificado puede llevar a la organización a realizar evaluaciones de riesgo y control más consistentes y eficaces, lo que resultará en decisiones empresariales más informadas. Este enfoque colaborativo también puede contribuir a eliminar redundancias, optimizar la asignación de recursos y proporcionar una visión más holística del panorama de riesgos al que está expuesta la organización.
Cómo se concreta el enfoque integrado
- Identificación proactiva de riesgos: la gestión de riesgos y los controles internos deben interactuar para la identificación temprana y evaluación de riesgos. La anticipación permite a la organización establecer controles internos precisos para mitigar estos riesgos antes de que puedan causar un impacto adverso.
- Monitoreo continuo: la integración de la gestión de riesgos y los controles internos permite un monitoreo constante y en tiempo real. Esto optimiza la capacidad de la organización para adaptarse rápidamente a cambios en su entorno de riesgo.
- Fomento de una cultura de riesgo: la responsabilidad de la gestión de riesgos y los controles internos no es exclusiva de una única persona o departamento, sino que debe ser parte integral de la cultura organizacional. Esto requiere la promoción de la conciencia y la formación continua en todos los niveles de la organización.
En esencia, la gestión de riesgos y los controles internos se complementan para formar un sistema resiliente dentro de la organización. La armonización de estas dos funciones permite a las empresas prever riesgos, implementar controles adecuados y, en última instancia, alcanzar sus objetivos estratégicos. En un entorno empresarial caracterizado por la incertidumbre, un enfoque unificado hacia la gestión de riesgos y controles internos se convierte en un factor crucial para la supervivencia y el éxito organizacional.
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