Por: CP Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool.

Los auditores competentes están en la búsqueda del éxito en su profesión. Es una decisión que implica un firme compromiso con la mejora continua y el un permanente crecimiento en conocimientos, habilidades y experiencia. Este camino en búsqueda de la excelencia requiere una apropiada combinación de las personas, los procesos y la tecnología. Para lograrlo, es importante que los auditores eviten aquellos errores que afectan la integridad y la eficacia de la labor de auditoría interna[1]. Entre los cuales encontramos:

Falta de independencia: La auditoría interna debe ser independiente y objetiva para poder ejecutar su trabajo de una manera apropiada. Esto es, evaluar objetivamente los controles internos y los procesos de una organización. Cuando no hay independencia, la credibilidad de la auditoría interna se ve seriamente comprometida.

Debilidades en las competencias: Los miembros del equipo de auditoría interna deben contar con el conocimiento técnico y las habilidades necesarias para llevar a cabo sus funciones de manera efectiva. Cuando hay debilidades en alguna de las competencias relevantes, esto puede conducir a una evaluación inapropiada de los riesgos y controles internos, así como a la identificación de problemas y el planteamiento de recomendaciones y oportunidades de mejora.

Mala actitud con un cliente: Aunque parezca obvio, no siempre los auditores mantienen la compostura durante las interacciones difíciles y desafiantes con los clientes. A veces parece olvidar que mantenerse equilibrados y serenos es un sello distintivo de profesionalismo. Esto ayuda a conservar la concentración en los asuntos importantes y a evitar distracciones sobre asuntos intrascendentes.

Falta de ética: Uno de los aspectos fundamentales de la auditoría es la ética. Por ello, es vital para los auditores mantener los más altos estándares de integridad, imparcialidad y profesionalismo en todas sus actividades y trabajos. La falta de ética puede conducir a diferentes situaciones tales como conflictos de interés, sesgo en los hallazgos de la auditoría y comportamiento inapropiado con los clientes y colegas.

Planificación inadecuada: Todo trabajo de auditoría interna debe planificarse de manera adecuada para garantizar que al ejecutar las actividades previstas, se aborden los riesgos clave y se utilicen los recursos de manera eficiente. La falta de planificación puede conducir a diferentes situaciones inconvenientes tales como una cobertura inadecuada de áreas críticas, retrasos en la ejecución de la auditoría y resultados incompletos o inexactos.

Violación a la confidencialidad o las políticas del cliente: Una de las características que más esperan los clientes del trabajo de un auditor es la confidencialidad. En ese sentido, salvaguardar la información confidencial de los clientes es primordial, toda vez que la divulgación de hallazgos confidenciales, cifras o hechos conocidos por el auditor en virtud de su trabajo, a personas no autorizadas (así parezca involuntario) puede tener graves consecuencias. De otra parte, es necesario que el auditor se adhiera a las políticas de la organización/cliente, incluidas las pautas de viaje, lo cual evidencia profesionalismo e independencia del auditor. Una violación de las políticas también puede tener repercusiones y erosionar la confianza del auditor frente al fraude o la mala conducta.

Falta de comunicación: La comunicación efectiva es esencial en la auditoría interna. Por ello, los auditores deben comunicar claramente sus hallazgos, recomendaciones y conclusiones a la alta dirección y otros interesados relevantes. La falta de comunicación (o una comunicación deficiente) puede resultar en malentendidos, falta de acción sobre problemas identificados y falta de claridad sobre asuntos relevantes del trabajo.

Documentación incompleta o inexacta: La confianza en la ejecución del trabajo y en la evidencia que respalda los resultados del trabajo es la base de cualquier auditoría. Por ello, la presentación de documentos incompletos o inexactos erosiona esta base. Un auditor competente siempre procurará mantener la confiabilidad y entregará un trabajo de alta calidad porque presentar un informe o hallazgo con información incompleta o imprecisa, puede llevar a conclusiones erróneas y cuestiona la confiabilidad de la auditoría.

Emisión de un informe erróneo: Es responsabilidad del auditor transmitir información precisa, siendo algo primordial para mantener la reputación de la labor de auditoría interna. Incluso el más mínimo error en un informe puede ser perjudicial, puesto que compromete la esencia de los hallazgos. Un auditor que no sea competente o que sea descuidado podría presentar un informe con situaciones que no tengan el acuerdo de la entidad auditada o puede presentar observaciones sin verificar las cifras correspondientes.

Emisión de informes sin relevancia: El propósito fundamental de un informe de auditoría es lograr la mejora de los procesos empresariales, más que una relación de fallos. El auditor debe preocuparse entonces por proporcionar información valiosa para la alta dirección de la empresa y no presentar detalles intrascendentes o sin fundamento. Las observaciones y recomendaciones planteadas deben ser constructivas e impactar de manera positiva a diferentes niveles de gestión.

Falta de seguimiento: Una vez que la auditoría ha identificado problemas y ha efectuado las respectivas recomendaciones, es importante que realice un seguimiento para asegurarse que se tomen las medidas correctivas adecuadas. La falta de seguimiento se constituye en una deficiencia, puesto que las situaciones advertidas podrían persistir y no ser abordadas, lo que debilita el propósito de la auditoría interna.

Si bien estas no son las únicas deficiencias o errores en la ejecución del trabajo de auditoría, los auditores internos deben evitarlos para mantener los más altos estándares de profesionalismo y contribuir significativamente al éxito de la organización. Con ello se logra una ejecución de alto nivel, asegurando su pertinencia e impacto en favor del cliente.

[1] Algunos contenidos están basados en el documento disponible en: Navigating the Virtuous Path: Avoiding the 7 Deadly Sins of Internal Audit


CP Iván Rodríguez - CIE AF

Auditor y consultor, diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, diplomado en Gerencia de la Calidad. Contador público (CP) de la Pontificia Universidad Javeriana con 20 años de experiencia en diversas empresas. Tiene amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool.

Bogotá D.C., Colombia.

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