Por: CP Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool.
Los planes de sucesión son fundamentales para garantizar la continuidad y la estabilidad de una organización, especialmente en roles clave que sostienen las operaciones y la estrategia del negocio. El auditor frente a esta realidad desempeña un papel crítico al evaluar, validar y fortalecer estos planes, asegurando que la empresa esté preparada para enfrentar transiciones de liderazgo sin comprometer su desempeño o cumplimiento. Más allá de una simple revisión, el auditor actúa como un aliado estratégico que identifica vulnerabilidades y fomenta buenas prácticas. Enseguida, algunos aspectos clave de su papel:
Evaluación de riesgos
El auditor tiene (o debería tener) la responsabilidad de identificar y analizar los riesgos asociados con la ausencia o debilidad de planes de sucesión claros y efectivos. Estos riesgos pueden incluir la pérdida de conocimientos institucionales críticos, la interrupción de procesos esenciales o incluso la desmotivación de equipos ante la falta de liderazgo definido. Por ejemplo, si un director financiero con décadas de experiencia se retira sin un sucesor preparado, la empresa podría enfrentar errores en la toma de decisiones financieras o retrasos en la presentación de informes clave. El auditor debería evaluar la probabilidad y el impacto de estos escenarios, revisando si existen planes para transferir habilidades críticas o mitigar dependencias excesivas en individuos específicos. Esta evaluación, además de proteger la continuidad del negocio, también alerta a la alta dirección sobre la urgencia de actuar proactivamente.
Revisión de políticas y procedimientos
Un aspecto esencial del trabajo del auditor es verificar la existencia, claridad y cumplimiento de políticas documentadas relacionadas con el desarrollo del talento interno y la identificación de posibles sucesores. Esto implica revisar si la organización cuenta con un marco formal que defina cómo se seleccionan, capacitan y preparan los candidatos para asumir roles clave en el futuro. Por ejemplo, el auditor podría examinar si hay un programa de mentoría para empleados con alto potencial o si se han establecido criterios objetivos para identificar sucesores. Además, debería evaluar si estas políticas están alineadas con los objetivos estratégicos de la empresa y si se actualizan periódicamente para reflejar cambios en el entorno empresarial. Sin esta documentación, la sucesión podría quedar a la improvisación, lo que el auditor busca evitar al recomendar mejoras o señalar deficiencias.
Monitoreo del desempeño
El auditor también juega un papel crucial al analizar si las evaluaciones de desempeño de los empleados están diseñadas para apoyar los objetivos de desarrollo y sucesión. Esto implica revisar si los sistemas de evaluación identifican de manera efectiva a los líderes emergentes y miden competencias relevantes para los roles críticos, tales como habilidades de liderazgo, toma de decisiones o conocimientos técnicos específicos. En una empresa tecnológica, por ejemplo, el auditor podría verificar si los ingenieros senior son evaluados además de su productividad, por su capacidad para entrenar a otros, preparando así el terreno para una transición fluida. Si las evaluaciones se centraran únicamente en resultados a corto plazo y no en el desarrollo a largo plazo, el auditor puede sugerir ajustes para alinearlas con las necesidades de sucesión, asegurando que el talento interno esté listo para asumir mayores responsabilidades.
Control interno
Asegurarse de que los procesos críticos del negocio no dependan excesivamente de una sola persona es otra función vital del auditor en el contexto de los planes de sucesión. Esto incluye revisar áreas como la logística, la gestión de activos, las finanzas o la tecnología, áreas en las cuales la salida repentina de un empleado clave podría generar disrupciones significativas. Un caso sería por ejemplo, si un gerente de logística es el único que conoce los detalles de los contratos con proveedores; su ausencia podría paralizar la cadena de suministro o dificultar su operación. El auditor evalúa si existen controles internos, como la documentación de procedimientos, la capacitación cruzada o la distribución de responsabilidades, que minimicen esta dependencia. En caso de identificar puntos de vulnerabilidad, puede proponer medidas como la estandarización de procesos o la creación de equipos redundantes, garantizando que el negocio pueda operar sin interrupciones incluso durante transiciones inesperadas.
Por su parte, la organización requiere implementar planes de sucesión que sean efectivos, lo cual es una estrategia clave para garantizar la continuidad del negocio, minimizar riesgos y preparar a la organización para transiciones de liderazgo inevitables. Este proceso requiere un enfoque estructurado que combine la identificación de necesidades críticas, el desarrollo del talento interno y la evaluación constante mediante auditorías. Algunas consideraciones que la alta dirección debe tener en cuenta y que el auditor podría incluir en sus revisiones de actividades, son las siguientes:
Identificación de roles críticos
El primer paso para implementar un plan de sucesión es determinar qué puestos son esenciales para el funcionamiento y la estabilidad de la empresa. Estos roles suelen tener un impacto directo en áreas estratégicas como la logística, el control de activos, las relaciones con proveedores y las interacciones con clientes. Para el efecto, se debe realizar un análisis exhaustivo de cada departamento para mapear los roles que sostienen procesos clave o que poseen conocimientos especializados difíciles de reemplazar.
Desarrollo del talento
El siguiente paso es preparar a los colaboradores con potencial para asumir estas responsabilidades en el futuro. Esto implica invertir en su desarrollo profesional a través de capacitación, exposición a nuevas responsabilidades y transferencia de conocimientos. Esto puede lograrse con un programa estructurado que incluya mentorías, donde los empleados clave trabajen directamente con líderes experimentados; capacitaciones internas o externas enfocadas en habilidades específicas (como liderazgo, toma de decisiones o conocimientos técnicos); y rotación de roles para que los candidatos adquieran experiencia práctica.
Auditorías específicas
Para garantizar que el plan de sucesión sea efectivo y resiliente, es fundamental realizar auditorías específicas que evalúen la capacidad de respuesta del personal ante cambios de liderazgo o ausencias prolongadas. Estas revisiones permiten identificar debilidades en el plan y ajustar las estrategias de desarrollo y control. Se debe verificar si los procesos documentados son suficientes para mantener la operatividad sin depender de una sola persona y evaluar el desempeño de los candidatos en situaciones reales o simuladas.
El rol del auditor en los planes de sucesión va más allá de la simple supervisión técnica; se convierte en un impulsor de la resiliencia organizacional. Al integrar la gestión de riesgos, el desarrollo del talento y los controles internos, el auditor ayuda a la empresa a prepararse para el futuro, protegiendo su estabilidad operativa y su ventaja competitiva. Este enfoque también tiene un impacto en la cultura organizacional, ya que fomenta la planificación a largo plazo y la valoración del talento humano como un activo estratégico.
CP Iván Rodríguez - CIE AF
Auditor y consultor, diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, diplomado en Gerencia de la Calidad. Contador público (CP) de la Pontificia Universidad Javeriana con 20 años de experiencia en diversas empresas. Tiene amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool.
Bogotá DC, Colombia.