Por: Equipo Auditool

En un entorno económico cada vez más inestable, evaluar la capacidad de una entidad para continuar como negocio en marcha (going concern) se ha convertido en una labor crítica para la gerencia y los auditores. La volatilidad puede manifestarse de diversas formas, incluyendo inflación acelerada, cambios legislativos repentinos, crisis sectoriales o eventos globales imprevistos. Estos factores pueden poner en riesgo la operación continua de la empresa y requieren un análisis oportuno para identificar señales de alerta temprana y definir acciones inmediatas que mitiguen los peligros para la continuidad.

1. Contexto actual: el impacto de la volatilidad económica

La volatilidad económica no solo se limita a fluctuaciones en los mercados financieros; abarca también condiciones sociales, políticas y tecnológicas que pueden influir drásticamente en la estabilidad de un negocio. Por ejemplo:

  • Inflación elevada: aumenta los costos de producción y reduce el poder adquisitivo, lo cual puede afectar la demanda de productos y servicios.
  • Cambios legislativos o regulatorios: reformas tributarias o exigencias normativas adicionales pueden incrementar la carga de cumplimiento y costos operativos.
  • Crisis sectoriales: desaceleraciones o cambios disruptivos en un sector (por ejemplo, la adopción masiva de nuevas tecnologías) pueden dejar obsoletos ciertos modelos de negocio.
  • Eventos globales: situaciones como pandemias, conflictos geopolíticos o desastres naturales pueden romper cadenas de suministro y alterar la dinámica del mercado.

Todas estas variables afectan la capacidad de la entidad para generar flujos de efectivo futuros y sostener sus operaciones, lo que hace imprescindible una evaluación constante de la continuidad del negocio.

2. Señales de alerta temprana

La identificación de los síntomas que evidencien un riesgo de continuidad puede salvar a la empresa de una crisis mayor. Entre las principales señales de alerta se incluyen:

  1. Indicadores financieros

    • Falta de liquidez: cuando la entidad no cuenta con efectivo suficiente para cubrir sus obligaciones de corto plazo.
    • Altas deudas a corto plazo: acumulación de vencimientos en el corto plazo, sobre todo si van acompañados de altos intereses.
    • Incumplimiento de covenants: cláusulas financieras exigidas por acreedores o inversores que, de no cumplirse, pueden adelantar el vencimiento de los pasivos o generar sanciones.
  2. Indicadores no financieros

    • Pérdida de clientes clave: la concentración de ventas en uno o pocos clientes puede dejar a la empresa vulnerable si estos se retiran o reducen la demanda de forma significativa.
    • Obsolescencia tecnológica: en un entorno de cambios acelerados, no adaptarse a las nuevas tecnologías puede colocar a la empresa en desventaja competitiva.
    • Litigios significativos: demandas relevantes (fiscales, laborales o comerciales) que puedan impactar gravemente la posición financiera de la entidad.

El monitoreo sistemático de estas señales de alerta permite anticiparse a escenarios que podrían comprometer la viabilidad futura.

3. Buenas prácticas de respuesta

Cuando la gerencia y los responsables del gobierno corporativo detectan indicios de riesgo, es imprescindible tomar medidas inmediatas y efectivas para mitigar los efectos adversos. Algunas estrategias comunes incluyen:

  1. Renegociación de deudas

    • Buscar extender plazos, reducir tasas de interés o consolidar pasivos para aliviar la presión sobre el flujo de caja.
  2. Búsqueda de capital adicional

    • Atraer nuevos inversionistas o recurrir a emisiones de acciones o bonos para inyectar recursos que fortalezcan la estructura financiera de la empresa.
  3. Reducción de costos

    • Ajustar la escala de operaciones, renegociar contratos con proveedores, optimizar procesos y, en casos extremos, realizar ajustes de personal o cierres temporales de plantas.
  4. Estrategias de diversificación

    • Explorar nuevos mercados, productos o líneas de negocio menos susceptibles a la volatilidad de la industria actual.
    • Desarrollar alianzas estratégicas con socios comerciales que aporten estabilidad o conocimiento en áreas desconocidas para la entidad.

Estas medidas pueden ser la diferencia entre una empresa que afronta con éxito un entorno adverso y otra que enfrenta una posible quiebra o liquidación.


Indicadores financieros y de negocio para la evaluación de la continuidad del negocio

Una vez identificadas las señales de alerta y desarrolladas las acciones inmediatas, el siguiente paso esencial es profundizar en los indicadores clave que permiten una evaluación más precisa de la continuidad del negocio. Para ello, se deben considerar tanto parámetros financieros como operativos o de negocio.

1. Ratios financieros críticos

a) Liquidez

  • Índice de Liquidez Corriente: mide la capacidad de la entidad para cubrir sus pasivos de corto plazo con sus activos de corto plazo. Un valor por debajo de 1 indica posibles problemas de liquidez.
  • Prueba Ácida o Quick Ratio: excluye los inventarios del cálculo para enfocarse en la disponibilidad inmediata de recursos monetarios y activos fácilmente convertibles en efectivo.

b) Endeudamiento

  • Relación Deuda/Patrimonio: determina la proporción de deuda respecto al capital propio, reflejando la solvencia a largo plazo.
  • Cobertura de Intereses: mide la capacidad de la empresa para cubrir los gastos financieros con sus utilidades operativas. Si esta relación es baja, la presión financiera puede aumentar drásticamente en escenarios volátiles.

c) Rotación de inventarios

  • Indica la eficiencia en la gestión de los inventarios. Un giro muy lento puede significar acumulación de productos obsoletos o falta de ventas; demasiado rápido puede reflejar una incapacidad de atender picos de demanda.

d) Margen bruto y margen neto

  • Evalúan el desempeño de la entidad en la generación de utilidades. Margen bruto bajo puede indicar elevados costos de producción o precios de venta poco competitivos. Un margen neto muy reducido expone a la entidad a pérdidas en situaciones de ligera variación de costos o ventas.

2. Indicadores de negocio relevantes

Además de los ratios financieros, existen variables operativas y de mercado que permiten captar una visión integral de la continuidad:

  1. Calidad de la cartera de clientes

    • Verificar la concentración de ingresos en un número reducido de clientes o en clientes de alto riesgo de impago.
  2. Riesgos de suministro

    • Dependencia de proveedores únicos o con problemas financieros.
    • Exposición a la volatilidad de precios de materias primas o productos básicos.
  3. Capacidad de producción y demanda del mercado

    • Análisis de cuellos de botella en procesos productivos y posibles cambios en la demanda de productos y servicios.
    • Tendencias del mercado y su alineación con la oferta de la entidad.
  4. Gestión de Talento y Conocimiento

    • Fuga de personal clave con conocimiento crítico, lo que puede ralentizar la capacidad de la empresa para adaptarse a cambios en el entorno.

3. Ejemplos prácticos de análisis conjunto

Para una evaluación robusta de going concern, es esencial considerar los indicadores financieros y de negocio de forma integral. A modo de ejemplo:

  • Una empresa minorista puede tener ratios de liquidez saludables, pero perder gradualmente cuota de mercado ante un competidor que ofrece mejores precios o nuevas tecnologías de venta en línea. En tal caso, la evaluación de la continuidad no puede basarse únicamente en su posición de caja a corto plazo.
  • Una compañía exportadora podría presentar un adecuado índice de endeudamiento y un margen bruto positivo. Sin embargo, si depende en gran medida de la estabilidad cambiaria o de un único cliente internacional, cualquier fluctuación del tipo de cambio o la terminación del contrato puede comprometer su viabilidad rápidamente.

En ambos casos, la clave radica en contrastar los resultados de los indicadores financieros con el análisis de los factores operativos y de mercado.


Conclusión

La evaluación del going concern en entornos volátiles requiere un enfoque integral que combine la identificación de señales de alerta temprana, la aplicación de medidas inmediatas para mitigar riesgos y un análisis detallado de indicadores financieros y de negocio. De esta manera, las empresas estarán mejor preparadas para adaptarse a un contexto en constante cambio y los auditores podrán emitir juicios sólidos y fundamentados sobre la continuidad de las organizaciones.

Tanto la gerencia como el auditor deben trabajar de manera colaborativa para establecer sistemas de monitoreo de señales de alerta, revisar periódicamente los principales ratios financieros y analizar la evolución de los indicadores operativos. Un diagnóstico oportuno permitirá implementar estrategias de respuesta efectivas que eviten la quiebra de la entidad y promuevan su sostenibilidad a largo plazo.

Aviso Cookies

Usamos cookies en nuestro sitio web. Algunas de ellas son esenciales para el funcionamiento del sitio, mientras que otras nos ayudan a mejorar el sitio web y también la experiencia del usuario (cookies de rastreo). Puedes decidir por ti mismo si quieres permitir el uso de las cookies. Ten en cuenta que si las rechazas, puede que no puedas usar todas las funcionalidades del sitio web.

× Progressive Web App | Add to Homescreen

Para instalar esta Web App en su iPhone/iPad presione el ícono. Progressive Web App | Share Button Y luego Agregar a la pantalla de inicio.

Desconectado