Hoy día los auditores cuentan con una gran fuente de información de carácter externo, que les permite tener un amplio conocimiento del cliente y de su negocio, desde el momento mismo en que se presenta una propuesta de servicios profesionales. Internet, la página web de la organización, información del sector, trabajos académicos, normativa legal, entre otros están al alcance de la mano.
Si se complementa dicha información, tanto con el conocimiento y experiencia del auditor, como con la formación interdisciplinaria del equipo que abordará el trabajo, se mitiga el riesgo propio de asumir el encargo.
Es crucial que la investigación inicial se ejecute con el suficiente alcance y seriedad, pues de ella deriva, no solo la aceptación o no del encargo, sino la definición preliminar de recursos.
Es por ello que, uno de los elementos fundamentales – si no el más importante -, al abordar la labor de auditoría, es el de la planeación de auditoría. Y sin embargo, suele adelantarse sin la profundización requerida.
Diferentes normas y pronunciamientos profesionales hacen énfasis en la necesidad de llevar a cabo la planeación de auditoría de manera rigurosa y amplia, toda vez que de sus resultados se desprende lo que va a ser la ejecución del trabajo. En particular, ciertas definiciones en cuanto al alcance y recursos se prevén inicialmente allí. No obstante, en la medida en que se avanza en las labores propias de auditoría, se hace indispensable revisar las previsiones iniciales, puesto que las circunstancias cambian con el tiempo. Se presentan cambios en las cifras de los estados financieros que pueden incidir en el cálculo de la materialidad, hay variaciones en los ciclos operativos, en los procesos productivos, en los cuadros administrativos, que fueron base de la información interna inicial, - incluso en el objeto social de la organización que se esté auditando -, que a pesar de su impacto, en ocasiones son dejados de lado. Es por ello que la planeación se convierte en una labor dinámica.
Una buena planeación redunda en la ejecución de un trabajo acorde con las normas profesionales, el marco legal y brindará al cliente la satisfacción en cuanto a los resultados esperados. Así mismo, contribuye a hacer un uso racional de recursos y de esa manera, la posibilidad de destinar esfuerzos en un mejor acompañamiento y asesoría.
No existe una receta única de planeación. Además de las consideraciones previstas en la normatividad profesional y legal, está el sentido común y el buen juicio del auditor. La comunicación permanente con la alta dirección de la organización cliente puede proveer valiosa información acerca de particularidades específicas y de expectativas y proyecciones futuras, que no sería fácil obtener de otras fuentes.
Ahora bien, si se lleva a cabo la ejecución del trabajo conforme a los lineamientos de una buena planeación, es de esperarse que se obtengan resultados acordes con la labor contratada y con altos estándares profesionales, en beneficio del cliente, del auditor y de la profesión.
C.P. Iván Rodríguez
Auditor y Consultor, Diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, Diplomado en Gerencia de la Calidad, Contador Público de la Pontificia Universidad Javeriana, con 20 años de experiencia en diversas empresas. Amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool
Bogotá D.C, Colombia
Y luego Agregar a la pantalla de inicio.