“Educar al ciudadano en temas tan importantes como la comprensión de la Hacienda Pública es una noble tarea política, que debe cubrir a todas las personas, sin distingos de ninguna naturaleza, pues se trata de formar ciudadanos, esto es, sujetos con capacidad de ejercer conscientemente sus derechos, especialmente los derechos políticos” (FERNANDO NAVAS).
La Hacienda Pública, según el hacendista Gerhard Colm, es una disciplina que “estudia la forma en que se logran los objetivos del sector público a través de los medios de ingresos y gastos públicos, dirección de la administración de la deuda y las transacciones correspondientes. De forma específica estudia la manera en que se toman las decisiones por el sector público y la forma en que son realizadas y controladas. Su ámbito de análisis se asienta sobre las numerosas ciencias tradicionales”.
Sin embargo, la gestión pública en torno a la Hacienda Pública y sus resultados, es vista por nuestros administradores de manera dispersa y no como un sistema donde cada uno de sus elementos juegan un papel predominante, estoy refiriéndome a: la administración y organización del estado, a la política fiscal, administrativa y financiera, a los presupuestos, a los planes, al control fiscal, y a otras variables como el sistema financiero, o lo que es más importante, al recaudo y su inversión y/o gasto en los objetivos programados.
Cuando los objetivos no se cumplen, entonces las preguntas a tener en cuenta son: ¿problemas en la formulación de la política?, ¿inadecuada estructura administrativa?, ¿corrupción?, ¿evasión?, ¿inadecuada priorización del gasto?, ¿desmesurada burocracia?, ¿débil proceso de contratación administrativa?, o ¿rezago del patrimonio público que hace que la base para emprender acciones de mejoramiento estén distantes para cumplir los fines del Estado tendientes a mejorar la calidad de vida de la población?
Todos estos aspectos susceptibles de ser controlados a través de auditorías integrales, autocontrol, compromiso, manejo gerencial, etc., deben ser tratados paralelamente a fin de propiciar el menor error en los resultados propuestos, pero lo más importante de ello es conocer de su existencia, por lo que se requiere de un conocimiento amplio de la administración pública y de las herramientas que la misma emplea para cumplir con los objetivos propuestos.
Para hacer un examen sobre la Hacienda Pública, se requiere revisar su aspecto piramidal, partiendo de la Constitución Política como referente y desarrollo, tales como: estructura y organización de la Administración Pública; sector descentralizado por servicios, incluido el sistema financiero; descentralización fiscal administrativa y política; régimen presupuestal colombiano; Plan Nacional de Desarrollo y Control Fiscal.
Todo esto nos lleva a cuestionarnos: ¿La hacienda pública como marco de referencia de la Constitución, cumple con los cometidos de la función pública, asignada a los administradores, en el sentido de satisfacer las necesidades de sus habitantes?
Hasta Pronto,
Marco Hernando Bonilla Martínez
Consultor y Asesor en los procesos de Auditoría con enfoque integral, Auditoría interna de Calidad, ISO 9001 de 2008 y NTCGP 1000:2009, con más de 20 años de experiencia. Conferencista nacional, consultor internacional en procesos de Control Interno orientados al mejoramiento de las organizaciones.
Bogotá D.C., Colombia