Por: CP Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool.
Los contadores públicos (y en muchas ocasiones los auditores) desempeñan un rol fundamental en la gestión financiera de sus clientes, pero este papel puede convertirse en una actividad riesgosa cuando, sin intención, incursionan en el terreno del asesoramiento financiero o de inversión. Aunque su objetivo sea orientar al cliente, un consejo mal interpretado o no documentado puede derivar en demandas por responsabilidad profesional, lo cual puede poner en riesgo su reputación y estabilidad económica. Por ello, hay que estar atentos a los peligros del asesoramiento indebido y tener estrategias para mitigar estos riesgos[1].
Uno de los riesgos más comunes ocurre cuando un contador menciona opciones financieras de manera casual, sin registrar la conversación. En ciertas jurisdicciones se presenta una situación como esta: un contador durante una reunión sugiere a un cliente considerar la conversión de una cuenta de jubilación. El cliente, basándose en esa charla informal, procede con la operación, pero luego se enfrenta a una inesperada y elevada carga tributaria. Al darse cuenta de los resultados, decide demandar al CPA, alegando que recibió un asesoramiento deficiente. Sin evidencia escrita que detalle el contexto o los límites de esa conversación, el contador se encuentra en una posición vulnerable, con pocas herramientas para defenderse. Este caso ilustra cómo la falta de documentación puede transformar un comentario bienintencionado en una fuente de conflicto legal.
Otro escenario que puede acarrear problemas surge cuando un CPA recomienda a un tercero, como un asesor financiero, sin haber verificado su competencia. En ocasiones un contador sugiere a un cliente trabajar con un asesor específico, basándose únicamente en su reputación general y no en una experiencia directa. Si ese asesor llega a cometer errores o incurre en malas prácticas y el cliente sufre pérdidas significativas, la responsabilidad puede recaer no solo en el asesor, sino también en el CPA. El cliente podría argumentar que confió en la recomendación del contador, acusándolo de negligencia por no realizar una debida diligencia. Este tipo de situaciones resalta la delgada línea entre una referencia casual y una percepción de respaldo profesional.
Para evitar estos riesgos, los CPA deben adoptar prácticas claras y preventivas. Quizás una de ellas que no es tenida muy en cuenta, es pedir consejo a un auditor acerca de cómo proceder cuando les solicitan una asesoría. Normalmente un auditor sugerirá que haya la documentación apropiada. Es esencial definir el alcance de los servicios mediante cartas de compromiso detalladas, en las cuales se especifique qué áreas cubren y, sobre todo, qué áreas quedan fuera de responsabilidad. Dentro de la documentación, es conveniente incluir toda conversación relacionada con opciones financieras o de inversión, en la cual se deben establecer límites claros sobre el rol del CPA. Por ejemplo, si un cliente pregunta sobre estrategias de inversión, el contador puede responder con información general y luego documentar que no se proporcionó un asesoramiento específico.
Ahora bien, el auditor debe aconsejar al CPA que, a menos que esté calificado para hacerlo, se niegue a proporcionar asesoramiento de inversión. Sin capacitación adicional, los CPA generalmente no están calificados para brindar asesoramiento de inversión con respecto a la idoneidad de inversiones específicas para los clientes. Adicionalmente en ciertas jurisdicciones, los asesores de inversiones están sujetos a las regulaciones estatales y federales, por lo que ofrecer ciertos servicios es inapropiado. En los casos en que un CPA esté debidamente capacitado para dar algún tipo de asesoría, debe proceder como haría con otros trabajos. Esto es, revisar documentos y estados de cuenta de inversión originales, así como información en línea sobre las inversiones de los clientes. En la medida en que pueda acceder a esta información contará con más elementos de juicio para proporcionar los servicios solicitados.
Otra medida que el auditor debe aconsejar al CPA que ofrece asesoría es proporcionar diferentes opciones o alternativas (deberían ser unas tres), aconsejar al cliente que realice la debida diligencia con alguno de ellos y renunciar, por escrito, a cualquier responsabilidad de seleccionar o supervisar al asesor o monitorear los resultados de la inversión. También debe pedirle al CPA que antes de proporcionar referencias de asesores de inversiones, verifique que tengan la respectiva licencia o autorización debidamente actualizada y que aconseje al cliente que haga lo mismo.
La siguiente recomendación también es útil y habitualmente la tiene en cuenta el auditor antes de iniciar un trabajo, que es decirle al CPA que evalúe el perfil de riesgo del cliente; esto es, antes de sugerir cualquier inversión, el CPA debe realizar una evaluación exhaustiva del apetito de riesgo, objetivos financieros y situación económica del cliente. De esta manera podrá asegurarse que las recomendaciones sean coherentes con este perfil para evitar decisiones inadecuadas.
Es conveniente, de otra parte, que el auditor aconseje al CPA revisar regularmente las estrategias con el cliente. Para el efecto, pueden programarse revisiones periódicas para ajustar las estrategias de inversión según cambios en el mercado o en las circunstancias del cliente. Esto reduce el riesgo de que una estrategia obsoleta genere pérdidas inesperadas.
Un cliente responsable y cuidadoso puede asumir como una buena práctica, solicitar consejo a un auditor, en virtud de su conocimiento y experiencia. Algunos consejos que el auditor puede ofrecer son los siguientes:
Entender el rol de cada profesional
El auditor puede explicar al cliente el papel de cada profesional. El CPA generalmente se enfoca en contabilidad y cumplimiento fiscal, mientras que el asesor gestiona las inversiones. Debe aclarar que asumir un comentario casual del CPA es un consejo de inversión.
Solicitar explicaciones y documentación
El auditor debe aconsejar al cliente que le pida al asesor una explicación clara de las opciones de inversión, los riesgos involucrados y los costos asociados. El cliente debe exigir que las conversaciones queden registradas por escrito para referencia futura.
Tomar decisiones informadas
El auditor debe pedirle al cliente que no actúe únicamente basándose en recomendaciones verbales. Debe recomendarle que investigue por su cuenta o consulte con otros expertos si tiene dudas y que se asegure de comprender las implicaciones financieras y fiscales de sus decisiones.
El auditor, como figura neutral, tiene una oportunidad única para guiar tanto al asesor de inversiones como al cliente hacia prácticas que minimicen errores y riesgos. Al promover una definición clara de roles, una documentación rigurosa y una comunicación efectiva, el CPA no solo protege su propia responsabilidad profesional, sino que también contribuye a un proceso de inversión más seguro y eficiente para todos los involucrados.
[1] Algunas ideas están tomadas de: https://www.journalofaccountancy.com/issues/2025/mar/the-risk-of-providing-unintentional-financial-advice/
CP Iván Rodríguez - CIE AF
Auditor y consultor, diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, diplomado en Gerencia de la Calidad. Contador público (CP) de la Pontificia Universidad Javeriana con 20 años de experiencia en diversas empresas. Tiene amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool.
Bogotá DC, Colombia.