Por: Equipo Auditool
De acuerdo con un estudio profundo sobre la complejidad psicológica que hay detrás de la justificación del fraude y el intrincado proceso por el cual los individuos convierten lo inaceptable en aceptable, la racionalización, esa capacidad humana de justificar acciones y decisiones, se convierte en un poderoso facilitador del fraude. Pero, ¿cómo se entrelaza la psicología, la cultura y las circunstancias individuales en este proceso? Profundicemos en ello:
1. La racionalización: más que excusas simples
Las justificaciones detrás del fraude son complejas y multifacéticas. No es suficiente decir "es solo esta vez" o "me lo merezco". Estos pensamientos emergen de un caldo de cultivo de experiencias, percepciones y presiones. Por ejemplo, alguien que ha presenciado a colegas llevando a cabo fraudes sin consecuencias puede pensar "si ellos pueden, ¿por qué yo no?".
2. El contexto cultural y social
Las justificaciones no ocurren en el vacío. En algunas culturas o entornos laborales, ciertas prácticas "al límite" pueden ser vistas como normales o incluso necesarias. Las organizaciones que toleran pequeñas transgresiones pueden, sin querer, estar pavimentando el camino para fraudes mayores.
3. El viaje psicológico del defraudador
Tomemos, por ejemplo, el caso ficticio de "Juan", un gerente financiero. Después de años de servicio leal, enfrenta problemas económicos personales. Ve debilidades en los sistemas de control de la empresa y piensa:
- Negación: "solo tomaré un poco, y lo devolveré pronto".
- Minimización: "en comparación con lo que la empresa gana, esto es insignificante".
- Comparación: "he oído que Pedro hace cosas similares y nunca ha tenido problemas".
- Compensación: "he trabajado horas extra sin compensación. En realidad, me lo deben".
4. Más allá de la prevención: entendiendo la raíz
Para contrarrestar la racionalización es fundamental:
- Capacitación cultural: más que un código de ética, las empresas deben inculcar una cultura de integridad y transparencia.
- Canales abiertos: ofrecer espacios seguros donde los empleados puedan discutir dilemas éticos, miedos y presiones.
- Responsabilidad y consecuencias: mostrar que las acciones tienen consecuencias, tanto positivas como negativas, puede disuadir la racionalización.
La racionalización del fraude es un fenómeno psicológico profundo, influenciado por múltiples factores y circunstancias. Comprender este proceso es esencial no solo para identificar posibles fraudes, sino también para construir organizaciones resilientes y éticas. La solución no es solo un conjunto de reglas, sino un cambio cultural que enfatice la integridad desde todos los niveles.