Por: Guillermo Casal. Colaborador de Auditool
Ya hemos mencionado, las razones que llevan a cometer Fraude en los Estados Financieros. Sin perjuicio de ello, veamos las posibles motivaciones con un grado algo mayor de detalle para:
- Obtener un ingreso mayor en la oferta pública de acciones
- Posibilitar un mayor pago de dividendos del que resultaría razonable bajo las reales condiciones financieras de la organización
- Ocultar las dificultades de liquidez que experimenta la organización
- Disipar una percepción negativa del mercado en relación con la organización
- Sustentar una solicitud de crédito, o para obtenerlo en condiciones más favorables
- Obtener un mejor precio en la venta de la empresa
- Exhibir el cumplimiento de metas financieras no alcanzadas en la realidad
- Demostrar el logro de otras metas, no financieras pero sustentadas en la información financiera
- Obtener bonos por desempeño más altos de lo que hubiera correspondido en la real situación financiera de la empresa
En el caso de contratos con el gobierno, o en relación con el pago de impuestos, la empresa puede estar, por el contrario, interesada en presentar una situación peor que la real:
- Ingresos más bajos que los reales, o gastos mayores a los reales
- Deudas mayores a los reales
- Activos subvaluados
En tales casos, cuando el operador de una empresa con participación gubernamental presenta una situación peor que la real, puede obtener diversos beneficios:
- Menor pago de impuestos
- Autorización para incrementar tarifas
- Financiamiento o inversión gubernamental adicional
Los incentivos para cometer Fraude en los Estados Financieros están ligados a las dos motivaciones primarias mencionadas por Donald Cressey en su teoría respecto de los motivadores de fraude ocupacional:
- La presión
- La oportunidad
Analicemos seguidamente cómo se presenta cada uno de estos motivadores de Por qué se comete Fraude en los Estados Financieros
La presión
Cuando se establecen metas irrazonables, y especialmente cuando se asocia a ellas una recompensa elevada, los administradores tienen una gran presión por alcanzarlas, y teniendo la facultad de elaborar la información financiera, la tentación de distorsionarla para presentar información que les permita obtener sus bonos y premios es muy grande.
La oportunidad
Asociado a lo anterior, el incentivo de manipular la información financiera para presentar resultados mejores o peores que los reales crece en la medida en que los administradores perciben facilidades para adulterar la información. Vale decir: no basta con que exista un mecanismo de supervisión gerencial tal como un Directorio, Comité de Auditoria y/o Auditores Externos e Internos. Para que tales mecanismos resulten efectivos disuasores del Fraude en los Estados Financieros es necesario que los administradores perciban a tales órganos de control como conocedores y ocupados en su labor de supervisión. Los Directores y Auditores deben interesarse por la información financiera, hacer preguntas pertinentes y eventualmente detectar los errores “de buena fe”, para cerrar el paso a ulteriores errores de mala fe.
Factores que pueden contribuir a aumentar las oportunidades de que se cometa Fraude en los Estados Financieros son:
- La inexistencia de un órgano de supervisión sobre la información financiera, tal como un Directorio o Comité de Auditoria. Un accionar negligente, o poco conocedor, de tal órgano
- Un control interno débil, sin Auditoría Externa y/o Interna, o con personal poco profesional y carente de independencia de ambos respecto de la administración
- El diligenciamiento de transacciones complejas que no entienden plenamente los integrantes del Directorio ni los Auditores. Por ejemplo, operaciones con instrumentos financieros derivados
- Resultados financieros más dependientes de contingencias y estimaciones que del flujo de efectivo generado por la operación del negocio
Autor: Guillermo Casal - Argentina
Contador Público y Master en Economía y Administración de Empresas en Argentina. Con más de 35 años actuando en todas las especialidades de Auditoría. Auditor Interno, Externo, Informático y Forense. Obtuvo todas las certificaciones del IIA (CIA,CCSA, CFSA, CGAP, CRMA). También la CFE (Examinador de Fraudes) y la CISA (auditor informático). Dedicado hace 15 años a la consultoría y capacitación. Fue colaborador de Luis Moreno Ocampo, exfiscal penal de la Corte Internacional de la Haya, y Stephen Walker, exagente especial del FBI.