Por: CP Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool.
El pensamiento crítico es un concepto que se remonta a unos cuatrocientos cincuenta años antes de Cristo con los filósofos griegos. El primero de ellos fue Sócrates, quien creó y utilizó la mayéutica, un método de preguntas de sondeo para revelar evidencia inadecuada o creencias contradictorias en la formación del conocimiento. Luego, Platón y Aristóteles hicieron lo propio con la dialéctica y la retórica[1].
En el año 1605, Francis Bacon definió el pensamiento crítico como el deseo de buscar, la paciencia para dudar, la afición de meditar, la lentitud para afirmar, la disposición para considerar, el cuidado para poner en orden y el odio por todo tipo de impostura[2]. La definición ha cambiado con el tiempo, pero, finalmente, implica la capacidad de recopilar, analizar y evaluar información para llegar a una conclusión sólida o resolver un problema.
Ahora, en el ámbito empresarial, se tiende a definir el pensamiento crítico en términos de habilidades específicas. Normalmente, se tienen en cuenta habilidades de pensamiento crítico para los empleados que, en el caso de la auditoría, son necesarias para el éxito de cada paso en su ejecución[3]. A continuación, cinco de ellas:
- Observación: la capacidad de notar y predecir oportunidades, problemas y soluciones.
- Análisis: la recopilación, comprensión e interpretación de datos y otra información.
- Inferencia: sacar conclusiones basadas en datos relevantes, información, conocimiento y experiencia personal.
- Comunicación: compartir y recibir información con otros verbalmente, no verbalmente y por escrito.
- Resolución de problemas: el proceso de recopilación, análisis y comunicación de información para identificar y solucionar problemas.
Teniendo en cuenta que la auditoría es un proceso que examina y evalúa la información financiera y operativa de una organización para determinar su precisión, confiabilidad y cumplimiento con normas y regulaciones, el pensamiento crítico desempeña un papel fundamental en este campo. La razón de que esto suceda es que implica analizar de manera profunda y objetiva la información disponible, cuestionar los supuestos detrás de datos y operaciones, identificar posibles sesgos y evaluar la validez de las conclusiones.
Por otro lado, las decisiones y juicios de un auditor no se toman simplemente a partir de un entendimiento de los principios contables, las normas de auditoría y otras regulaciones aplicables según las circunstancias. Gran parte del trabajo de un auditor depende de ejercer un juicio profesional a través del compromiso de profundizar en los datos disponibles, buscando valores atípicos y resultados que no parecen lógicos. Pues, pese a la documentación técnica y la normatividad, no siempre es sencillo evaluar o auditar contratos altamente complejos o empresas con particularidades, allí se requiere el pensamiento crítico.
Ahora, la capacidad de síntesis, entendida como la habilidad de analizar y resumir información para presentar lo que es importante de una manera sencilla, también hace parte del pensamiento crítico y, a su vez, es parte integral de las tareas de un auditor. Generalmente, los auditores necesitan revisar bastante información, originada en diversas fuentes, para determinar cuáles serán las siguientes líneas de acción.
Adicionalmente, el trabajo de auditoría requiere una mente amplia, pero escéptica. Al evaluar situaciones y cifras es necesario que estas no sean aceptadas tal como parecen, sino que se requiere considerar qué información errónea o errores podrían sesgar los resultados. Si hay inconsistencias, es importante evaluar el origen de la información contradictoria y recopilar otros datos para ayudar a resolver el problema.
En un entorno habitual de trabajo de auditoría, en el que el profesional de auditoría se enfrenta a datos voluminosos y tiempo limitado, el pensamiento crítico permite discernir lo que es importante, sacar partido de la experiencia propia y del equipo de trabajo para aprovechar la información adicional y llegar a conclusiones bien sustentadas.
Existen diversas maneras de fortalecer el pensamiento crítico en auditoría. Mi experiencia profesional y la de algunos colegas consultados muestra que las siguientes prácticas son útiles:
- Análisis detallado: al examinar sin prejuicios y con cierto nivel de detalle los registros y documentos, así como profundizar en la determinación de discrepancias e inconsistencias, se aplica el pensamiento crítico en la detección de posibles irregularidades y errores.
- Cuestionar los supuestos: cuando la administración emplea algún tipo de supuesto en los cálculos o registros, los auditores no deben aceptarlos sin análisis. Deben cuestionarlos y evaluar si ciertas cifras o transacciones parecen ilógicas o contradicen las expectativas normales. Al cuestionar los supuestos, es posible evitar errores o incluso fraudes.
- Identificación de riesgos: el pensamiento crítico ayuda a los auditores a identificar posibles riesgos y áreas donde podría haber problemas o irregularidades. Los resultados de este proceso suelen ser la base para enfocar los esfuerzos de auditoría y las posteriores actuaciones en los aspectos más críticos.
- Evaluación de evidencia: al examinar la evidencia disponible para respaldar las afirmaciones y contenido del informe, el pensamiento crítico contribuye en la determinación de si la evidencia es suficiente y adecuada para sustentar las conclusiones.
- Presentación de resultados: en algunas situaciones, puede haber varias formas legítimas de presentar los resultados del trabajo. El pensamiento crítico ayuda a los auditores a considerar diferentes enfoques y a evaluar cuál es el más apropiado en función de las circunstancias.
- Independencia y objetividad: el pensamiento crítico es esencial para que los auditores mantengan la independencia y la objetividad, puesto que permite evaluar la información de manera imparcial y basar sus conclusiones en hechos y evidencia, en lugar de guiarse por prejuicios o influencias externas.
- Resolución de problemas: los auditores pueden encontrarse con diferentes desafíos tales como situaciones complejas y problemas inesperados durante el proceso de auditoría. El pensamiento crítico permite abordar estas dificultades de la mejor manera, mediante el empleo de soluciones racionales y fundamentadas.
Una aplicación del pensamiento crítico disciplinado, la consideración equilibrada de la evidencia y la curiosidad implacable les permite a los auditores identificar un problema o el reconocimiento de un error en cifras o procesos, lo que enriquece su experiencia.
Desde la órbita de su competencia, el auditor tiene la responsabilidad de que la información analizada sea precisa y confiable. En ese sentido, el pensamiento crítico es necesario para garantizar que la información sea útil para los usuarios y que las recomendaciones sean más acertadas, lo que ayuda a las organizaciones al logro de sus objetivos.
[1] Tomado de: https://www.iberdrola.com/talento/que-es-pensamiento-critico-como-desarrollarlo
[2] Tomado de: https://www.iberdrola.com/talento/que-es-pensamiento-critico-como-desarrollarlo
[3] Tomado de: https://www.dcaa.mil/Careers/Career-Blog/Article-View/Article/2997302/why-critical-thinking-is-essential-to-auditing/
CP Iván Rodríguez - CIE AF
Auditor y consultor, diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, diplomado en Gerencia de la Calidad. Contador público (CP) de la Pontificia Universidad Javeriana con 20 años de experiencia en diversas empresas. Tiene amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool.
Bogotá D.C., Colombia.