Por: Equipo Auditool
Las auditorías internas son procesos de evaluación independiente realizados dentro de las empresas para analizar la efectividad de sus controles, procesos de gestión de riesgos y procedimientos de gobierno corporativo. Incorporar un enfoque específico para la detección y prevención de fraudes en su diseño, puede marcar una diferencia clave en la protección de activos e integridad de las organizaciones.
Según datos de la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE), el fraude corporativo les cuesta actualmente a las empresas un estimado del 5% de sus ingresos, sin contar pérdidas reputacionales o de valor de mercado. Entre los riesgos críticos a evaluar mediante estas auditorías se encuentran:
- Manipulación fraudulenta de estados financieros para ocultar pérdidas o sobrevaluar activos
- Malversación de inventarios o activos fijos
- Esquemas de sobornos y corrupción
- Robo de bases de datos o información sensible para su venta ilegal
La metodología para realizar una auditoría interna con foco antifraude requiere, como paso inicial, la identificación de los procesos internos más susceptibles de sufrir manipulaciones, como adquisiciones, gestión de proyectos e incluso gastos de representación. Luego, es vital un análisis forense digital de transacciones y datos en busca de anomalías estadísticas y patrones extraños. También, se deben efectuar entrevistas con posibles denunciantes internos o partes afectadas. Finalmente, hay que seguir rigurosamente cualquier pista de posible fraude identificada.
Para ejecutar este tipo de revisiones son necesarios equipos multidisciplinarios que incluyan auditores experimentados, expertos en investigación de delitos económicos y ex fiscales o agentes encubiertos. Así mismo, hacen falta potentes herramientas informáticas de monitoreo, minería de datos y análisis digital forense; apoyo legal y forense para las acusaciones formales; y absoluto compromiso y apoyo de la alta gerencia de las compañías para dar las batallas necesarias contra la corrupción interna.
Los resultados que se pueden obtener mediante una focalizada auditoría antifraude son la revelación de casos específicos y sus modus operandi, la recuperación total o parcial de activos sustraídos, y la consecuente optimización de los sistemas de control interno para prevenir en el futuro esquemas similares. Sin duda, es una de las mejores inversiones posibles en tiempos en que el fraude corporativo sigue creciendo en complejidad y alcance de perjuicios económicos.