Síntesis
Se destaca la importancia de tener un control interno que permita detectar las deficiencias en el manejo de recursos que, al ser ineficiente, podría ser causa de robos hormiga, la colusión entre los empleados para defraudar o, simplemente, al no trabajar en forma coordinada se podría incurrir en gastos improductivos
Cuando nos referimos al director de auditoría interna de una corporación, al gerente de auditoría interna o a escala directiva responsable del Área o Departamento de Auditoría Interna, generalmente los relacionamos con la disciplina de la Contaduría Pública, ya que es la profesión que, por excelencia, siempre se ha distinguido como líder en el conocimiento para diseñar, implantar y asesorar en todo lo referente al control interno. Esta deferencia hacia nuestra profesión, la hemos ganado a pulso con los Contadores Públicos que nos han precedido y que han asumido y logrado poner en alto el notable desempeño en las áreas de auditoría, control interno y, recientemente, la administración de riesgos. Es por esto por lo que, como profesión, los Contadores Públicos cuando nos desempeñamos como auditores, tenemos una responsabilidad que nos ha otorgado la sociedad, un voto de confianza que debemos conservar, pues el día que los altos directivos en funciones de auditoría pertenezcan a otras disciplinas, habremos cedido esa confianza y perdido un área de especialidad en nuestra profesión con la que hoy estamos plenamente identificados.
Sin embargo, para que contribuya a la eficiencia y eficacia, el trabajo de auditoría interna y aporte el valor agregado que se espera para el logro sobresaliente de los objetivos desafiantes que las empresas actuales demandan, es indispensable contar con un equipo de auditores multidisciplinario, conformado de contadores, abogados, ingenieros en sus varias disciplinas incluido el ingeniero en sistemas computacionales, ya que en la actualidad no es concebible una empresa sin el uso de los sistemas administrativos de información automatizados integrales; estos operan con una base de datos que conformada con el registro de sus operaciones y de la cual se obtienen reportes del registro de las transacciones realizadas e informes operativos, administrativos y financieros actualizados en línea o tiempo real, que sirven para la toma diaria y oportuna de decisiones. Esta es una herramienta indispensable en las empresas en crecimiento y maduras del mercado competitivo actual.
La auditoría interna no existe en las pequeñas empresas, pues en estas el dueño es el que revisa y supervisa a sus subordinados. Pero en la medida en que la empresa va creciendo y las operaciones que antes realizaba y supervisaba una misma persona, el dueño, y que estas se van descentralizando y asignando a otras personas, es relevante proteger los activos de la empresa con el establecimiento de controles, buscando administrar los riesgos para combatir las situaciones que, de manera adversa, pueden presentarse e impedir el logro de los objetivos planeados.
Entonces, cuando las empresas dejan de ser emergentes (nuevas) y pasan al periodo de empresas en crecimiento, para lo cual tienen que implementar controles dirigidos a minimizar los posibles riesgos que pueden inferir en la obtención de los resultados esperados, es cuando se requiere del auditor interno que identifique los posibles riesgos y contribuya con sus recomendaciones para minimizar el posible impacto de estos, en caso de que se presenten.
Ahora bien, ¿cuál es la responsabilidad social de los auditores internos, más allá del Código de Ética que debe cumplir para el ejercicio de la práctica profesional, de acuerdo con las normas internacionales o la del Contador Público, si el mando directivo superior de auditoría pertenece a esta profesión o la que su disciplina a que pertenezca le obligue a cumplir?:
1. Primeramente, tenemos la responsabilidad de estar debidamente capacitados para ejercer el trabajo de auditoría interna y estar continuamente actualizándonos, mejorando nuestro desempeño de manera continua en beneficio de la empresa para la que prestamos nuestros servicios, de la profesión, de la sociedad y de nosotros mismos. Esto implica que no debemos aceptar la realización de trabajos para los que no estamos debidamente capacitados y que continuamente debemos estar enriqueciendo nuestros conocimientos para un mejor desempeño.
2. Tenemos una responsabilidad con la empresa, su Consejo de Accionistas y la Dirección General, ya que los auditores internos somos los ojos de los dueños en las empresas y asistimos a su Dirección General, por lo que debemos realizar un trabajo completo y altamente profesional, determinando los riesgos, evaluando los controles, verificando el adecuado cumplimiento y reportando las anomalías, observaciones y problemas detectados, así como aportando recomendaciones que coadyuven a mejorar la eficiencia operativa de la empresa. Es importante estar conscientes para no evadir esta responsabilidad.
3. También tenemos otra responsabilidad con la profesión de Contadores Públicos, la cual asumimos de manera voluntaria cuando protestamos al recibir el grado profesional, que aceptamos que nuestros actos serán regidos por la ética y el decoro profesional y que miraremos por el beneficio de la sociedad antes de requerimientos particulares, respetando siempre los valores humanos.
4. Entre nuestra responsabilidad de decir la verdad, está el informar con toda la sutileza necesaria y de manera apropiada, cuando nuestros patrones, clientes o accionistas que nos contratan, sobrepasan los derechos humanos de sus colaboradores exigiéndoles condiciones de trabajo injustas, jornadas excesivas, disminución de prestaciones o retribuciones que no van de acuerdo con los salarios pagados. Nuestro compromiso está en proporcionar los suficientes argumentos válidos, realistas y comprobables con números, que se obtienen mejores resultados y menor probabilidad de ocurrencia de fraudes, cuando tenemos al personal contento por estar debidamente remunerado de acuerdo con sus conocimientos, capacidad y grados de contribución para el logro de los objetivos trazados. En la medida en que la empresa contribuya a que los subordinados cubran sus necesidades básicas personales y las de su familia de manera satisfactoria, esta prosperidad se debe reflejar en un ambiente de trabajo con armonía si el buen desempeño es reconocido y remunerado adecuadamente ganando, tanto la empresa como los colaboradores.
5. Finalmente, los auditores experimentados, tenemos el compromiso social de inducir, instruir, preparar y colaborar en la formación de las nuevas generaciones que inician su participación en el área de auditoría o están en vías de consolidarse formando parte de los departamentos de auditoría en las empresas de hoy, los cuales pertenecen a las muy variadas disciplinas o profesiones que conforman el cuerpo de auditoría. La aplicación de las metodologías, los procedimientos y las técnicas no se aprenden de la noche a la mañana y mucho menos se obtienen resultados efectivos sin la pericia que solo da la experiencia. Si formamos parte del grupo directivo de auditoría es porque tuvimos tutores que nos precedieron, nos formaron y compartieron sus conocimientos, y es por esto por lo que tenemos que contribuir en adiestrar y capacitar a los que van a recibir nuestra estafeta, motivándoles e induciéndolos hacia un mejor desempeño que el de nosotros, siempre en busca de lo excelente, ante los nuevos retos del mundo empresarial en constantes cambios.
El trabajo de auditoría es una de las especialidades de la carrera de Contador Público y ejercerla exige alta responsabilidad que conlleva emitir juicios imparciales haciendo a un lado los beneficios particulares que en la mayoría de las circunstancias pueden existir. Tenemos que descartar la tentación de ocultar la verdad, nos toca ser jueces y de manera profesional detectar e informar las situaciones que de manera adversa ponen en riesgo el sano desarrollo de las empresas bajo distintos ámbitos, los cuales pueden llegar a comprometer el patrimonio de los accionistas e inversionistas.
Aun si el auditor no divulga los logros y aciertos de su trabajo se gana su prestigio; contrariamente, cuando reporta con energía los hallazgos y propone con objetividad las medidas correctivas que proceden, basadas en su rica experiencia profesional con alto grado de asertividad en el encauzamiento del rumbo de la empresa, es cuando el ejercicio y la práctica de la auditoría interna aporta el valor agregado que se espera de los auditores y de la función de auditoría interna, justificando su importante participación en el crecimiento de las empresas y el sano desarrollo de estas.
C.P.C. Carlos Alberto Pereira Palomo|Asesor independiente en control interno y auditoría interna
Fuente: http://contaduriapublica.org.mx/