Existen situaciones indicativas acerca de la percepción que tienen las personas al interior de las empresas, de la función de auditoría. En particular, si la labor que se ejecuta es la de auditoría interna, hay ciertos comportamientos que deberían alertar la manera de ejecución o los resultados obtenidos.
1. Resistencia o negativa a atender/responder evaluaciones.
Cuando los directivos, directores de área o personal clave no suministran información importante para el auditor, por ejemplo, la relativa a riesgos, o lo hacen de manera limitada o tardía, esto podría indicar que no confían en la labor de auditoría interna o no la consideran necesaria (sin contar con que estén ocultando información).
2. Auditorías paralelas:
Puede ocurrir que ciertas áreas ejecuten labores equivalentes o que sustituyan aquellas propias de la auditoría. Esto evidenciaría que no les agrada el trabajo realizado por el auditor y prefieren asumirlo directamente. Bien sea porque la ejecución presente dificultades o porque el resultado no sea acertado bien sea en su contenido o en su presentación. No se aprecia un valor agregado en la actividad que realiza el auditor interno.
3. Ausencia de consultas:
No se ve al auditor como un asesor. Puede que ni siquiera como un experto en algún tema, o como alguien receptivo frente a un tema o consulta en particular. Se está considerando irrelevante la posición de la auditoría frente a las actividades de la empresa y se percibe más como un costo que como un beneficio.
4. Reducción/limitación de recursos.
Si se observa que al interior de la compañía se reducen o limitan los recursos asignados a la función de auditoría, en relación con otras áreas de la empresa, puede indicar que no se considera importante el trabajo o los resultados presentados por el auditor. Pareciera que se quiere desestimular lo que se hace. Esto se aprecia con los recursos físicos asignados al auditor o al equipo de auditoría. No hay capacitación ni promoción. Tampoco estímulos. Este es un claro indicador, pues una fuerte función de auditoría interna contribuye a la reducción de costos y apoya la obtención de objetivos de la compañía.
5. Solicitudes externas de evaluaciones de calidad.
No obstante que las normas profesionales plantean la necesidad de efectuar revisiones de calidad a la función de auditoría interna, si la iniciativa no surge de la propia unidad de auditoría, sino que es solicitada por otra área de la compañía, este hecho mostraría que hay dudas o inquietudes acerca de la función de auditoría y requieren confirmar sus actuaciones.
6. No aceptación de informes:
Si se advierte de manera reiterada que los informes de auditoría y/o sus recomendaciones no se tienen en cuenta o simplemente no se aceptan, es un indicador que debe alertar la manera de conducir el trabajo y/o presentar los resultados. La alta dirección no confía en el trabajo de la auditoría o le parece irrelevante.
La presencia de alguna o algunas de estas situaciones debería obligar al auditor a reflexionar acerca de la manera de ejecutar su trabajo. Se requiere una profunda reflexión y seguramente un replanteamiento de las acciones por ejecutar. Es importante discutir con las partes interesadas, con el propósito de reorientar el proceder y encontrar las debilidades que deben superarse.
Auditor y Consultor, Diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, Diplomado en Gerencia de la Calidad, Contador Público de la Pontificia Universidad Javeriana, con 20 años de experiencia en diversas empresas. Amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool
Bogotá D.C, Colombia