Por: CP Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool 

El liderazgo ético

La buena ética es un buen negocio. Los auditores, en virtud de su formación y trabajo, son expertos en el tema ético (todos los profesionales deberían serlo). Sin embargo, para mantener un liderazgo ético, es necesario considerar algunos principios. Algunos de ellos, que afectan las acciones y comportamientos de las personas, son los siguientes[1]:

No hay que descartar información disponible que puede ser relevante.

En ocasiones, frente a una situación que requiere algún juicio, se pasa por alto o se devalúa información que se considera no es útil o porque su contenido va en contra de las opiniones o visión de quien la descarta. Es lo que se denomina ignorancia racional.

Hechos evaluados de manera subjetiva facilitan descartar posiciones razonables.

Normalmente se tiende a pensar que toda persona racional cree exactamente como quien evalúa o juzga y que las demás personas están equivocadas o actuando incorrectamente. La manera en que las sociedades han logrado superar esto, es tratar de encontrar puntos en común y lograr el consenso, lo que permite implementar soluciones que, si bien pueden no ser del agrado de todos, facilita las relaciones.

Es necesario el desacuerdo constructivo y la coherencia lógica para construir una comunidad ética

Los mismos desafíos que se presentan en los temas políticos y sociales existen en el mundo empresarial. Una creencia equivocada es la posibilidad de prevenir la malversación financiera mediante leyes de cumplimiento. Los escándalos financieros  fueron perpetrados por individuos y organizaciones que incumplieron las leyes existentes. Las regulaciones adicionales no habrían hecho ninguna diferencia.

Para complicar el panorama, la sobre regulación sofoca la productividad al tiempo que puede crear incertidumbre. La redacción ambigua y el lenguaje impenetrable y confuso producen zonas grises, mientras que las nuevas leyes a menudo contradicen las preexistentes. Cuanto más complicada sea la regulación, más fácil será manipular o eludir las leyes.

La sociedad está formada por individuos. Cuanto más responsable actúe una persona, más otras se sentirán obligadas a actuar con responsabilidad. Cuanto más egoísta o desconsiderado actúe una persona, más se convierten esos comportamientos en la norma.

Las acciones éticas no se basan únicamente en la legalidad. Se logran a través de la aplicación de la comprensión y la empatía.

Sólo mediante la comprensión de los puntos de vista y actitudes de los demás es posible una buena relación entre las personas. De esta manera, se logra empatía y se aprecia el impacto de palabras y acciones, de una persona frente a los demás.

La ética requiere una conciencia del impacto a corto y largo plazo del comportamiento personal en la sociedad.

La ética es una mentalidad, una orientación cultural, un ideal y una aspiración. Por definición, la ética gobierna la vasta área gris entre lo que es legal y lo que es ilegal.  La única manera de garantizar la conducta ética es establecer el idealismo ético como parte integral de la cultura personal y profesional. Hay que comprometerse a vivir de manera ética.  Si se aplica la inteligencia, se reconoce que actuar éticamente es lo mejor para todos.

No hay que elegir entre ser buenos y tener éxito.

El obtener mejores resultados no se logra tratando a otras personas como productos o recursos, sino tratándolas como socios. La ética crea confianza. La confianza promueve la lealtad. La lealtad genera pasión. La pasión impulsa la productividad. Los empleados que se sienten parte de un equipo y se enorgullecen de su misión son empleados felices. Los empleados felices son la clave de la prosperidad, la rentabilidad y el éxito de acuerdo con prácticamente todas las métricas.

Las empresas pierden dinero por la baja productividad. Adicionalmente, cuando hay empleados descontentos que se retiran, es necesario asumir costos los costos resultantes de contratación, incorporación, capacitación, tasas de error de negocio más altas y pérdida general de compromiso, además del impacto en el clima laboral. y la cultura de la empresa.

Una cultura de ética promueve la eficiencia, la calidad, los empleados comprometidos, los clientes leales y mayores beneficios. Cuando los líderes invierten en la creación de una cultura ética como la fuente de los buenos negocios, los beneficios de una mentalidad ética fluyen en la empresa y en la comunidad.

Al igual que cualquier otra disciplina, la ética debe ser estudiada.

Hoy día hay un fácil acceso a un conjunto de autoridades morales, antiguas y modernas, que pueden orientar el comportamiento de las personas que deseen seguir su ejemplo. Si bien no se espera que resuelvan los dilemas éticos, si enseñan a las personas a enfrentarlos.

Al aplicar los principios de la ética a la vida profesional, se mejora la posibilidad de que esos mismos principios se vean en el mundo del compromiso social y político, fortaleciendo a  la sociedad civil e impulsando una prosperidad cada vez mayor.

Algunas líneas de acción para aplicar los principios a las actitudes y comportamientos son las siguientes:

  • Evaluar la integridad de la información. Hay que protegerse contra la ignorancia racional buscando toda la información relevante, tanto apoyando como oponiéndose a cualquier posición.
  • Evaluar el sesgo emocional. Hay que mantener conversaciones y considerar las posiciones de aquellos que tienen puntos de vista opuestos.
  • Evaluar la coherencia lógica. Las opiniones deben ser entendidas. Mediante un desacuerdo constructivo, hay que determinar si el mismo razonamiento que apoya a una situación se aplica por igual a la otra.
  • Cultivar la empatía a través de la comprensión. Involucrar a adversarios ideológicos a título personal. Conocer sus antecedentes, sus familias, sus intereses y sus sueños. Aprender de sus historias, independientemente de sus ideologías hace que la persona sea menos inclinada a dividir el mundo en "nosotros" y "ellos".
  • Traducir la conciencia en acción. Hay que supervisar las propias respuestas, el lenguaje y estilo de habla, el propio comportamiento y disciplina ética. Solicitar comentarios de observadores objetivos.
  • Hay que reconocer que actuar éticamente es en interés propio. Cada persona debe actuar de la manera en que le gustaría que los demás actuaran hacia ella. Ser una fuente de inspiración positiva.
  • Aprender de un mentor. Buscar modelos de virtud en artículos, libros, entrevistas o videos, pero especialmente cara a cara. No hay sustituto para la interacción humana con personas de calidad.
  • No buscar atajos ni justificaciones para eludir el espíritu de la ley. Hay que buscar la humanidad en aquellos con quienes no se está de acuerdo. Exigir la misma integridad intelectual de sí mismo, que se le exige a los demás. No hay que tratar de justificar ideas preconcebidas. Hay que tratar de descubrir la verdad.

[1] Basado en: https://www.corporatecomplianceinsights.com/7-principles-ethical-leadership/


CP Iván Rodríguez -

Auditor y Consultor, Diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, Diplomado en Gerencia de la Calidad, Contador Público de la Pontificia Universidad Javeriana, con 20 años de experiencia en diversas empresas. Amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool

Bogotá DC, Colombia

 

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