La renuncia de los auditores a cualquier encargo antes, durante o cuando finalice el trabajo puede representar a largo o corto plazo un problema muy grave. En la mayoría de las ocasiones es debido a una justa causa como la existente preocupación sobre la integridad de la administración, y su principal consecuencia es provocar incertidumbre entre los inversores y un futuro incierto para la entidad afectando a los empleados y partes interesadas.
La renuncia a la relación con un cliente puede producirse por alguna de las siguientes situaciones.
- Antes de iniciar el encargo, el auditor no acepta continuar con el compromiso, por estar impedido por contrariedad de opiniones sobre tratamientos contables o procedimientos de auditoría,
- Como lo contempla la NIA 240, por consecuencia de una incorrección debida a fraude o a indicios de fraude, el auditor se encuentra en la incapacidad de continuar con el encargo,
- Cuando aún aceptado el encargo e incluso iniciado, el auditor cesa cualquier actividad como auditor dentro de la compañía por diferentes circunstancias como por ejemplo una constante amenaza a la independencia o la imposibilidad de terminar el trabajo asignado, o
- Alguna disposición que pone en riesgos los principios de ética e independencia, o en el caso excepcional que se detectara un fraude muy relevante, el auditor podría renunciar al encargo siempre y cuando lo permita el marco normativo vigente
Si el auditor renuncia, deberá:
- Considerar los requerimientos profesionales, reglamentarios y legales, que exijan la emisión de un informe sobre la renuncia, donde se expresen las razones de su retiro al personal que asigno al auditor y/o a autoridades reguladoras.
- Reunirse con la administración del cliente y las personas encargadas del gobierno de la entidad para discutir los hechos y circunstancias que provocaron el retiro;
- Documentar los asuntos significativos que provocaron el retiro, incluyendo los resultados y conclusiones a las que se llegó.
No se puede determinar el momento exacto y adecuado para renunciar al encargo, debido a que se debe profundizar en las circunstancias presentes que ocasionaron el actuar del auditor al momento de su decisión de renuncia, o en las implicaciones derivadas de un miembro de la dirección o de los responsables de la entidad, y/o las posibles consecuencias en el auditor de decidir continuar con la relación profesional.
En ocasiones, el auditor puede solicitar asesoramiento jurídico sobre los requerimientos legales al decidir renunciar al encargo, además de la forma adecuada para proceder y las comunicaciones que deberán realizarse con los accionistas, autoridades reguladoras u otras personas.
Equipo Auditool