Por: Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool
En auditoría, el concepto de escepticismo profesional es omnipresente; por ello los auditores están revisando constantemente su capacidad para aplicar el escepticismo profesional, siendo la base para la toma de decisiones cuando se realiza un compromiso de certificación.
Los estándares profesionales definen el escepticismo profesional como una actitud que incluye una mente inquisitiva, alerta a las condiciones que pueden indicar posibles errores debido a fraude o error, y una evaluación crítica de la evidencia de auditoría.
De acuerdo con lo anterior, se advierte que el escepticismo profesional no se puede medir fácilmente. Tampoco es algo que se cultive repentinamente. Es una habilidad desarrollada a lo largo del tiempo que los auditores deben construir y refinar constantemente.
Sin embargo, el escepticismo profesional ha recibido muchas críticas, especialmente en el costo y tiempo de las auditorías o al materializarse ciertos riesgos. Los organismos reguladores argumentan que los auditores no son lo suficientemente escépticos en el desempeño de sus funciones. Pero, simplemente pedir más escepticismo no es una solución práctica para este problema, ni es necesariamente siempre deseable, ya que existe consecuentemente una tensión entre el escepticismo profesional y la eficiencia de la auditoría, pues cuanto más escéptico es el auditor, por lo general, más tiempo lleva completar la auditoría.
Ahora bien, cómo un auditor aplica el escepticismo profesional a su auditoría impacta directamente la calidad de su servicio. La aplicación de un nivel adecuado de escepticismo profesional aumenta la probabilidad de que el auditor entienda su industria, líneas de negocio, procesos comerciales y cualquier matiz que haga que la empresa a la que presta servicios sea diferente de los demás, ya que naturalmente hace que el auditor formule preguntas que de lo contrario no se harían. Estas preguntas ayudan al auditor a aplicar adecuadamente los estándares profesionales, así como a obtener una comprensión más profunda de su negocio. Esto permitirá que el auditor brinde información y servicios de valor agregado que un auditor que no aplica el grado correcto de escepticismo nunca podrá identificar.
No obstante, frente a las limitaciones presupuestales, si su auditor está demasiado preocupado por completar la auditoría dentro de un tiempo fijo, el escepticismo profesional y, en última instancia, la calidad de la auditoría puede verse afectada.
Por su definición, el escepticismo profesional es un concepto que se aplica específicamente a los auditores. Esto se debe a que la definición implica que el individuo que aplica escepticismo profesional es independiente de la información que está analizando. Otras partes interesadas en la auditoría, como los miembros de la administración o la junta directiva, son naturalmente defensores de las organizaciones que administran y dirigen y, por lo tanto, no pueden considerarse independientes, mientras que se requiere que un auditor permanezca independiente.
Ahora bien, las partes interesadas pueden aplicar también el escepticismo profesional, manteniendo una mentalidad imparcial y diligente a su trabajo y a la información que revisan. Esto les permite que sus habilidades críticas contribuyan a generar estados financieros y hacer preguntas que puedan ayudar a prevenir o detectar fallas en el proceso de generación de reportes. Por ejemplo, al considerar estimaciones significativas, la gerencia debería preguntar: ¿se ha considerado toda la información relevante? ¿Son las estimaciones imparciales? ¿Existen tratamientos contables alternativos que no se han considerado? ¿Se puede justificar el tratamiento contable seleccionado? Principalmente, la gerencia debe comenzar cuestionándose: ¿qué preguntas esperaríamos que hiciera el auditor?
También es importante ser crítico con el propio trabajo y nunca volverse complaciente. Este puede ser el tipo de escepticismo más difícil de aplicar, ya que a la mayoría no le gusta que le critiquen el trabajo. Sin embargo, una revisión crítica, enfocada como un primer nivel informal de revisión, permite dar un paso atrás y considerarlo desde un punto de vista diferente, lo que a su vez puede ayudar a detectar errores que de otro modo pasarían desapercibidos. Esencialmente, tanto el auditor como la gerencia deben considerar evidencia que respalde, bien las conclusiones iniciales o bien que pueda ser contradictoria con esa conclusión.
La discusión sobre el escepticismo profesional y cómo aplicarlo adecuadamente es permanente. Aunque recibe mucha atención en la profesión de auditoría, es un concepto que, puede ser valioso para otras partes interesadas.
C.P. Iván Rodríguez
Auditor y Consultor, Diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, Diplomado en Gerencia de la Calidad, Contador Público de la Pontificia Universidad Javeriana, con 20 años de experiencia en diversas empresas. Amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool
Bogotá D.C, Colombia