Cuando se acepta un trabajo de auditoría o continuamos con un trabajo de auditoría existente, siempre hay un miedo en saber si vale la pena invertir y tomarse el tiempo de evaluar aquellos clientes que aún no hacen parte del negocio.
Nos puede pasar que no estamos seguros si verdaderamente estamos dispuestos a asumir el costo que implica esta auditoría con todo y los recursos necesarios, así como el proceso a veces extenso, tedioso y que puede implicar mucho tiempo de indagación y recolección de información, además, en algunas ocasiones, se pueden presentar dificultades anticipadas para obtener una evidencia de auditoría.
Pero nada de lo anterior debe atemorizarnos o hacer que nos neguemos a hacer dicha auditoría, por ello, se puede nombrar como encargado de esta labor a un socio o coordinador del servicio y relación con el cliente, siempre teniendo claro que hay que tener un compromiso real para lograr ver las posibilidades y ventajas que puede llegar a tener la realización de esta evaluación y análisis a priori de tener ese cliente en nuestro negocio.
Si, debemos evaluar la naturaleza y las prácticas de negocio del futuro cliente, así como su antigüedad en el mercado y de la posible repercusión que podría llegar a tener dentro de los ingresos que genera el negocio, por ello, exponemos el procedimiento de cómo se evalúa un cliente futuro a continuación:
¿Qué debemos hacer?:
- Exponer y proporcionar nuestro conocimiento previo (si lo tenemos) de la entidad evaluada.
- Compartir nuestro conocimiento (si lo tenemos) de la gerencia y de los propietarios.
- Analizar la relación (si existe) entre la entidad y nuestros clientes existentes.
- Evaluar a través de una lista de verificación la confiabilidad y posible buena relación que tendría el negocio con el futuro cliente.
Al realizar una evaluación, hay que considerar:
- Los antecedentes conocidos del cliente y su gerencia: El socio evaluador puede considerar cualquier información relevante, como puede ser su información financiera actual, conocimientos propios de la industria o sectores en los que el cliente funciona, artículos publicados sobre ellos en periódicos o publicaciones locales y nacionales.
- Las indagaciones con terceros: Si el socio evaluador considera pertinente y necesario, puede realizar indagaciones con terceros relacionados con el cliente, como pueden ser asesores legales y banqueros, todo con el fin de tener una imagen imparcial de la integridad y reputación actual del cliente.
- El uso de servicios de investigación: En caso de no encontrar fuentes de terceros que tengan suficiente conocimiento directo con el cliente, el socio evaluador puede considerar el uso de un servicio externo de investigación para obtener la información necesaria. Estos terceros pueden ser los registros del juzgado, los registros de la asociación de corredores de bolsa, otras agencias reguladoras/de otorgar licencias, dependiendo del tipo de actividad comercial que se desee investigar, así como también registros de propiedad, informes de crédito comercial, entre otros.
- Las discusiones con los auditores antecesores: Antes de que el socio encargado acceda a ser nombrado como auditor, él procede a indagar los auditores antecesores (si los ha habido). El evaluador puede descartar parcialmente esas indagaciones anteriores y/o usarlas como una primera impresión de cómo está el panorama a evaluar o reconfirmar.
Todo esto nos debe alentar a realizar una buena evaluación a los futuros clientes, porque sus resultados nos pueden animar a querer incluirlo y hacerle partícipe de la organización y puede que, hasta en un futuro, volverse un buen vínculo comercial y llegar a tener una alianza estratégica, todo esto, conociendo como es su movimiento en el mercado, su experiencia, su estabilidad y posibles beneficios que saldrían al relacionarnos con ellos directamente.
Equipo Auditool