ESCEPTICISMO: UNA OPINIÓN PROFESIONAL
El Instituto de Contadores Públicos de Inglaterra y Gales, ICAEW por sus siglas en inglés (The Institute of Chartered Accountants in England and Wales), entrevistó a socios de diferentes firmas de auditoría respecto del tema del escepticismo[1]. El escepticismo profesional está en el corazón de lo que hacen los auditores. Actualmente se debate sobre la importancia de que los auditores ejerzan más escepticismo.
El problema del escepticismo es que es un comportamiento humano cuando se trabaja a plazos y presupuestos. El análisis de dónde salieron mal las cosas a menudo arroja luz sobre lo que podría haberse hecho de manera diferente, las preguntas que podrían haberse formulado y los juicios que podrían haber sido investigados más a fondo. Pero la idea de que hay una falta generalizada de escepticismo entre los auditores no es la única explicación.
La idea de escepticismo no es fácil de definir y la necesidad de usarla, o más bien la falta de ella, como una clasificación general para todo lo que está mal en auditoría o informes financieros, no es apropiada. No todo es el resultado de una falta de escepticismo. Por supuesto, los auditores pueden hacerlo mejor, al igual que los comités de gestión y auditoría. La pregunta importante es, ¿cómo? El ICAEW reconoce la importancia del escepticismo en el desempeño de la auditoría y en ese sentido consultó la opinión de los auditores.
Algunas ideas que surgieron de las entrevistas se presentan a continuación:
- Se necesitan cambios estructurales dentro de las firmas de auditoría. Las firmas reconocen cada vez más las necesidades de cambios estructurales en metodologías, prácticas de trabajo, capacitación, reclutamiento y retención, para apoyar y fomentar el escepticismo en el campo.
- Los auditores no son las únicas personas que pueden o deben ejercer escepticismo. Auditores y reguladores están desafiando a otras partes interesadas en la cadena de suministro de informes financieros en general, particularmente preparadores, para practicar lo que predican ejerciendo el escepticismo ellos mismos. Los auditores también están desafiando a los reguladores a ser más abiertos acerca de "lo que está bien ".
- El escepticismo se trata de calidad, no de cantidad. El escepticismo se trata de hacer las preguntas correctas, no simplemente muchas preguntas y sobre no aceptar la primera respuesta. También se trata de tener la experiencia para reconocer qué puede salir mal y garantizar que auditores sin esa experiencia - personal de auditoría junior - aprenda a aplicarlo.
- Las firmas no deben enviar mensajes “mixtos”. No deberían fomentar el escepticismo en el aula, pero luego desalentarlo en el campo. Todos los involucrados, particularmente el personal subalterno, necesitan tiempo para desarrollarse, hacer ejercicio y mejorar su sentido de lo que podría estar mal.
- El requisito de buscar pruebas en contrario no mejorará el ejercicio del escepticismo. Los estándares de auditoría y la ética profesional requieren que los auditores ejerzan el escepticismo profesional a lo largo del trabajo y en áreas específicas. El emisor de normas de auditoría internacional (IAASB) considerará en más detalle si se debe exigir a los auditores que busquen evidencias de auditoría contrarias o contradictorias, así como evidencia corroborativa en el futuro cercano.
- Para ser escéptico, los auditores deben manejar la tensión entre la independencia y la necesidad de entender el negocio en detalle. El conocimiento especializado e íntimo de los negocios pueden llevar a los auditores a pensar en conjunto como si fuesen administración; no obstante, sin este conocimiento, los auditores no pueden plantear un desafío efectivo para la administración. Hacer preguntas que no incorporen un conocimiento profundo tiene valor, pero es limitado. Los auditores necesitan un banco de experiencia que les permita reaccionar rápidamente en un entorno cambiante.
De otra parte, los entrevistados consideran que los cambios más significativos en los últimos años han afectado el ejercicio y la demostración de escepticismo es una consecuencia de la erosión general de la confianza en los negocios, las mayores penalidades por reportes equivocados, la subjetividad en los requisitos contables y las crecientes expectativas entre reguladores.
Así mismo, hay mayores expectativas de los reguladores sobre la calidad de auditoría, lo que ha impactado las tarifas por servicios profesionales. Algunos de los entrevistados admitieron, por ejemplo, que la supervisión y la revisión podría, y probablemente debería, ser más fuerte. Pero muchos consideran que estas presiones han llevado a que los auditores sean más escépticos que antes. Hay menos confianza en general y las personas están más preparadas para presionar un poco al cliente porque están más preocupadas.
En general, los entrevistados fueron positivos sobre la contribución de la tecnología al ejercicio de escepticismo. Las técnicas de análisis de datos pueden brindar más oportunidades para aplicar el escepticismo. El volumen de datos y el rango de información que tenemos ahora significa que podemos exponernos mucho más fácilmente a la evidencia contraria si está allí afuera. Las habilidades básicas todavía son análisis e interpretación. El análisis de datos nos ayuda a centrarnos en anomalías genuinas en lugar de muestras seleccionadas al azar de transacciones.
Los avances en análisis y otras tecnologías emergentes han aumentado las expectativas sobre la medida en que todos los auditores, preparadores y reguladores deben usar estos recursos. No obstante, una falla al usar las nuevas tecnologías para encontrar patrones que no eran previamente aparentes representan una amenaza para el ejercicio de escepticismo entre preparadores y auditores. También es una amenaza potencial para la relevancia de la auditoría, los estándares y a la efectividad de la regulación de auditoría. También es importante la obligación de los preparadores de información de ejercer escepticismo en su trabajo y en sus reportes. Es un hecho que la información de mejor calidad proporcionada a los auditores resulta en una auditoría de mejor calidad y, en última instancia, en la confianza de los inversores. Esta visión fue reflejada por muchos de los entrevistados, quienes creen firmemente que el escepticismo no es solo para los auditores. Es para comités de auditoría, la gerencia y los auditores internos para demostrar cómo ellos también han desafiado, probado y probado sistemas, controles y la información financiera que producen, antes de entregarlos a los auditores.
[1] Scepticism: The Practitioners’ Take. Disponible en: https://www.icaew.com/en/technical/audit-and-assurance/professional-scepticism.
Auditor y Consultor, Diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, Diplomado en Gerencia de la Calidad, Contador Público de la Pontificia Universidad Javeriana, con 20 años de experiencia en diversas empresas. Amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool
Bogotá D.C, Colombia